~ Adiós, nunca es para siempre ~
by V

Descargos: Birds of Prey son propiedad de DC Comics y la serie de Televisión Birds of Prey de WB Network y Miller/Tobin Productions y alguien más seguramente ostenta todo sus derechos. Solo estoy tomándolos prestados por un corto periodo de tiempo. No se pretende infringir ningún derecho de autor ni propiedad. . No gano ningún dinero por escribirlo y no se pretende ningún daño a los dueños de los derechos.

 

Advertencias:

Esta es una historia de ficción alternativa, es decir relaciones románticas entre personas del mismo sexo (mujeres más específicamente).

 

Pareja: Helena/Bárbara ¡por supuesto! Es Tv-verso

 

Clasificación: B-15 por lenguaje y violencia, posiblemente algo más conforme se desarrolla.

 

Spoilers: Hmm, este es un fic en un universo alternativo. No sigue precisamente el guión presentado por los productores de la serie, pero se basa en varios episodios y hace mención de cosas que pasaron en la misma, adaptándolo a lo que yo quería de esta historia.

 

Agradecimientos: Mmm, mmm a Minu por soportarme todas mis largas disertaciones sobre mis historias, tiene la paciencia de Job aunque a veces amenaza con irse a la huelga

 

Nota de la autora: Manejo los nombres de los personajes y villanos de la serie en inglés original, en primera porque a excepción de Batgirl –Batichica desconozco cualquier otro equivalente en español y porque aunque tengo cero conocimiento del comic-verso, me leí algunas cosas para informarme pero nada en español.

 

Este es mi primer fic en el universo de Birds of Prey, además de que solo vi la serie una sola vez y eso solo después de haberme leído montones de fics basados en la serie, irónicamente descubrí primero el fandom de BoP en fics que ver la serie de tv. Me fascina Dina Meyer J

 

Comentarios, sugerencias, crítica constructiva: cileraine@earthlink.net

 

Todos los derechos reservados V 2009


 

Prologo

 

 

“Me voy a casar con Wade Helena, me lo ha pedido esta noche y acepte” dijo Bárbara con voz suave y neutral, esa voz que Helena conocía muy bien, aquella que no dejaba entrever el más mínimo resquicio de emoción, uno que ni siquiera ella podía leer.

 

Helena apretó la mandíbula y alcanzo a esbozar una sonrisa que pretendía ser alegre ante la noticia, pero no alcanzó a mostrarse en sus ojos, al contrario al escuchar las palabras, sintió como si hubiera recibido un golpe en el plexo solar por el Steelman,

 

“Felicidades entonces Bárbara, te deseo lo mejor en tu futura nueva vida”comentó Helena y se dio la media vuelta rumbo a la cocina, no tenia hambre ya, en el momento en que entro a la torre su primera intención luego de saludar a Bárbara fue ir a asaltar la cocina como siempre, pero Bárbara la esperaba junto a Dinah, y sin más soltó la noticia de su compromiso formal con Wade.

 

Bárbara la vio irse con una ceja alzada, no en vano conocía bien a Helena como para no darse cuenta de la fría recepción a la noticia de su compromiso. Miró a Dinah, quien de repente parecía muy interesada en la pantalla de Delphi y luego de un minuto se excuso pues tenia que hacer la tarea.

 

Cuando Helena regresó con un paquete de Pop tarts en la mano, le preguntó ¿Serás mi dama de honor cierto Helena? Tú y Dinah.

 

Helena se petrifico, por un momento no se movió, como en cámara lenta se dio la vuelta y miró a Bárbara directamente a los ojos, como si fueran láser diseccionando a la pelirroja. “Lo que tú me pidas, Red” dijo con voz aterciopelada y siguió en camino a la sala, donde de un salto se acostó en el sofá y con dedos diestros encendió el televisor sin decir nada más, sabiendo que Bárbara la seguía con los ojos.

 

Ya fuera de la vista de Bárbara, Helena cerró los ojos tratando de contener las lágrimas traicioneras que asomaban a sus ojos, el dolor era demasiado, sentía que su corazón había sido arrancado de su pecho y latía moribundo frente a ella. ¿Desde cuando estaba enamorada de Bárbara? Sentía que era desde siempre, desde que de niña a la edad de 12 años la conoció en una de la clases de gimnasia a la que su madre insistió que asistiera para darle gracia y agilidad, Bárbara estaba ahí como una de las gimnastas avanzadas, por su edad solo estaba ahí por gusto y desde el momento en que se conocieron, Bárbara la tomo bajo su ala y le enseño todo lo que había que saber e incluso un poco más, cosas que sólo Batgirl podía saber, algo que claro ella no sabía entonces.

 

Por su edad obviamente no sabía lo que sentía, al principio era admiración y respeto por la hermosa pelirroja, era ágil, atlética y con un cuerpo hermoso, Helena de niña sólo admiraba eso desde un punto de vista infantil. Pero, conforme pasó el tiempo y las hormonas de la adolescencia se apoderaron de ella, lo que antes solo era adoración infantil se convirtió en algo más, algo que seguía sin entender pero que estaba ahí, con el tiempo y la madurez Helena fue capaz de comprender la verdadera razón de sus sentimientos, el porque estar cerca de Bárbara la hacía sentir toda emocionada y sin aliento, porque podía pasar horas observándola en silencio mientras realizaba sus rutinas y sentir que no existía nadie más en el mundo que ellas dos.

 

Y con la certeza vino el desconsuelo, poco tiempo después su mundo se derrumbaría estrepitosamente, el asesinato de madre frente a sus ojos por Clayface y el atentado contra la vida de Bárbara por el mismo Joker  que la dejaría paralítica de por vida  y a cargo de una adolescente Helena llena de rabia, ira y dolor por la muerte de su madre mientras se debatía en salir delante de su ahora discapacidad fueron demasiado para Helena, por un tiempo lo único en lo que podía pensar era en la venganza, de ser una jovencita llena de vida y sueños de un futuro color de rosa con la mujer de sus sueños, se convirtió en un ser enardecido por la furia que estallaba a la más ligera provocación.

 

Bárbara nunca lo supo obviamente, pero era ella la única razón por la que Helena no se lanzó en una búsqueda frenética y posiblemente fatal para la inexperimentada adolescente tratando de encontrar al asesino de su madre. Bárbara había sido lo único que le impidió volverse loca de dolor, el saber que ella la necesitaba, se lo dijera Bárbara o no, Helena lo sabía dentro de si y siendo honestas ella necesitaba de Bárbara para no hundirse en la oscuridad. Hubo momentos en que la ira la cegaba, tiempos en que no podía evitar hundirse en la autocompasión y pensar luego de que Bárbara fuera llamada a la oficina del director de la escuela para decir que Helena otra vez había participado en un riña que esta estaba decepcionada de ella, era la mirada de tristeza y decepción en Bárbara lo que la hizo tratar poco a poco de controlar su ira y no al revés.

 

Lentamente ambas lograron sanar si no completamente de sus heridas emocionales y físicas, al menos si para seguir adelante con sus vidas, Bárbara tomó bajo su tutela a Helena, no solo como su tutora legal, sino como su maestra en las artes de vigilante y súper héroe, si a Helena le sorprendió la verdad nunca lo dijo tampoco, el saber que su padre en realidad era Bruce Wayne alías Batman empero fue algo totalmente distinto, desde el momento en que lo supo Helena no quiso saber más nada, su madre nunca le dio explicaciones y la desaparición de Bruce Wayne luego de la muerte de Selina Kyle era explicación suficiente.

 

Bárbara se convirtió en Oracle, siendo un genio para la computación y teniendo una memoria eidética además de un IQ altísimo le permitió convertirse de Batgirl a una ciber-vigilante, no había nada que no pasará en New Gotham que esta no supiera y ella se convirtió en el músculo de la operación, nació Huntress, Helena con las habilidades meta humanas de su madre sentidos hipersensibilizados y las suyas propias que le daban fuerza y velocidad extraordinarias, así como la habilidad de sanar casi de inmediato la hacían casi invencible. Casi siendo la palabra operativa.

 

Helena después de un tiempo decidió que necesitaba alejarse de Bárbara, no sólo era que se veían todos los días por asuntos de “trabajo” sino que el vivir bajo el mismo techo se estaba convirtiendo en algo demasiado doloroso; máxime verla salir con otros, en ese caso Dick “maldito” Grayson, alias Nigthwing, ex-Robin , pareja en la lucha contra el crimen de Cd. Gótica de su padre y de Bárbara. Se busco un trabajo como Bartender y afortunadamente Leonard tenía un apartamento libre arriba del bar, que le rentó por nada, después de todo así podía aprovecharse de ella para que cerrará el bar o llegará más temprano.

 

 Con la excusa perfecta Helena le anuncio sin más a Bárbara que se iba a vivir por su cuenta. Bárbara lo tomó muy bien, le sonrió y le dio su bendición, Helena sonrió a su vez encantada pero por dentro sentía que se moría, aunque fuera una estupidez, había guardado la esperanza de que Bárbara se negara a dejarla ir o algo, lo que fuera, pero no fue así y desde entonces nada fue igual. Después de un tiempo Dinah llegó a sus vidas, y Helena al principio se sentía celosa de Dinah, pero con el paso del tiempo la empezó a querer como su hermana pequeña, sin embargo Bárbara empezó a salir con Wade, el estúpido y  soso de Wade Brixton, y todo estaba OK en lo posible, Helena se había resignado a ver pasar hombres si bien escasos en la vida de Bárbara, pero cuando las cosas empezaron a verse serias, cuando Bárbara conoció a sus padres, y que pese a que ellos le dijeron a el sin que ellos supieran que ella estaba escuchando que era indeseable en la vida de su perfecto hijo, esta siguió con el y vino el compromiso, Helena simplemente tenía su mente en cualquier lado menos en ser Huntress...

 

Una noche en que todo parecía normal, Helena fue a detener un atraco al banco, Oracle le avisó y esta fue a realizar una operación de rutina que termino mal, momentos antes había estado molestando a Oracle como de costumbre con sus fanfarronadas de siempre, luego de escuchar las instrucciones Helena había salido de comunicación, para enojo de Oracle, cuando una hora después Huntress, apareció o mejor dicho se derrumbó en la torre bañada en sangre y apenas con vida, luego de atenderla y curarla Bárbara estaba fuera de sí de enojo y preocupación, que cuando Helena recupero la conciencia y despertó como si nada hubiera pasado Bárbara explotó.

 

“!Casi te matan Helena!, que estabas pensando cuando saliste de comunicación, no eres superman Helena! No te atrevas a hacerlo de nuevo, no eres una niña para que tenga que repetirte las cosas. Si no eres capaz de tomar las cosas en serio no quiero que sigas haciendo patrullajes hasta que entiendas lo serio de la operación.

 

Helena se le quedó mirando furiosa, sus ojos dilatados como cuando pasaba a modo feroz, a ser Huntress, una parte de ella entendía que las palabras de Bárbara eran a causa del susto que se llevo cuando ella llegó herida a la torre, pero ¿como se atrevía a insinuar que era incapaz de hacer un trabajo que llevaba cinco años realizando? ¿Cómo?

 

“¿Y quien lo va a hacer si no yo Bárbara?-gritó a su vez Helena. Te vas a casar con Wade en un mes, ¿acaso el te esperara paciente cada noche a que decidas ir al lecho conyugal mientras tu la haces Oracle? Perdóname que lo diga Bárbara pero ¡no lo creo!

 

Bárbara inspiro fuertemente.

 

“Será mi esposo y ¡el sabe y respeta lo que soy!” – exclamó Bárbara con furia apenas contenida.

 

“¡¿Sabe que fuiste Batgirl?!, ¿¡Sabe que eres Oracle?!—jadeó incrédula Helena no podía creer que Bárbara hubiera permitido que un hombre común y corriente como Wade Brixton pudiera comprender la doble vida que esta llevaba. ¡No era posible!

 

Bárbara no respondió se limitó a mirar desafiante a Helena, quien de un tirón se levantó de la cama, se puso su ropa ante la mirada de Bárbara.

 

“Me voy de aquí, no me necesitas y ¡yo no necesito de ti Bárbara!, dijo Helena con los dientes apretados y sin más salió corriendo rumbo al balcón desde donde se lanzó sin volver atrás ante la mirada atónita de Dinah que iba de paso a la cocina. Helena nunca saltaba de la torre en pleno día, era peligroso, cualquiera podía verla, pero eso no parecía importarle a Hel y cuando Bárbara apareció en el pasillo Dinah podía jurar que salía humo de su cabeza.

 

“Una pelea más entre esas dos, ¡Que novedad! Pensó Dinah antes de seguir a la cocina a preparar su desayuno.

 

Fue una pelea más si, pero también fue la última.

 

 

Helena

 

Hacía dos años que Helena había salido de la torre presa del dolor, traición y desesperanza. Mientras Bárbara no estuviera casada con Wade, esta albergaba la esperanza de que Bárbara se diera cuenta de que era un error su decisión, que despertara y se diera cuenta que no era Wade quien era merecedor de su amor sino ella; ella que la amaba desesperadamente desde que era una niña, ella que moriría sin pensarlo por Bárbara, ¡ella! Sin embargo en el momento en que Bárbara le dijo que Wade sabía la verdad de ella, de Dinah, de Helena, entendió que nunca sucedería. Bárbara no tenía la mínima idea de que Helena estaba perdidamente enamorada de ella, y al decirle que Wade sabía de su doble vida, esta supo que la perdió para siempre. El dolor era demasiado, no podría soportar verla con el, saber que cada noche al regresar los patrullajes de vigilancia el la estaría esperando, no podía, era demasiado incluso para ella, acostumbrada al dolor y a la soledad. Bárbara era su luz, y al perderla no quedaba nada más que oscuridad.

 

Decidida a alejarse de Bárbara para siempre, incapaz de soportar la idea de verla con Wade y conciente de que si se quedaba solo lastimaría a Bárbara porque no podría acercarse a ella una vez que se casara con el, Helena fue al banco, por una vez agradeció que su padre, el multimillonario Bruce Wayne hubiera abierto una cuenta para ella con fondos ilimitados, dado que ya tenía 23 años y que su fideicomiso liberado y no necesitaba del permiso de nadie para retirar dinero, Helena solicito un retiro en efectivo de $30,000 dlls, arguyendo que compraría un auto. Nadie hizo preguntas, después de todo, si el Sr. Wayne le dejo el dinero sería por algo, tenían instrucciones en el banco de cumplir con cualquier solicitud de la Srita. Kyle y nadie cuestionaba los deseos de Bruce Wayne.

 

Con el dinero en la mano, Helena fue a su apartamento arriba del bar donde trabajaba, el Dark Horse, metió un poco de ropa en una mochila de viaje, guardó el resto en unas cajas, no tenía mucho, después de todo vivía prácticamente en la torre, su departamento sólo era un lugar donde dormir de vez en cuando y nada más. Su hogar estaba donde Bárbara y ahora que la había perdido ya no tenía nada, solo ropa y alguna que otra cosa. Escribió una corta carta para Dinah, la chica no tenía la culpa de nada y además, ella sabía que Dinah estaba consiente de sus sentimientos por Bárbara. Un día en que estaban entrenando en los primeros meses del arribo de la rubita, Dinah que aun no controlaba del todo sus poderes telepáticos leyó su mente y lo supo, Helena distrajo en el momento en que Bárbara entró a hacer sus ejercicios y los pensamientos que Helena tenía en ese momento al ver a la mujer mayor realizándolos eran todo menos castos; cuando Dinah jadeo ante las visiones y se puso roja, Helena la miró a los ojos suplicantes, pidiéndole en silencio que no dijera nada y Dinah la sorprendió con una sonrisa y una mirada de compasión y entendimiento que casi la hace soltarse a llorar ahí mismo de tristeza.

 

Bajó al bar a despedirse de su ahora ex jefe, le dijo que dejaba las cajas y que Dinah pasaría a recogerlas, y le entregaría la llave. Leonard se mostró comprensivo aunque decepcionado de que su mejor bartender se fuera, no hizo preguntas, le deseo buen viaje y Helena salió del Dark Horse para no volver.

 

Helena llamó al celular de Dinah y le pidió que fuera a su apartamento cuando saliera de clases a recoger algo que quería regalarle. Si Dinah notó algo extraño no dijo nada, accedió a ir, que paso después no lo supo ya, estaba muy lejos de ahí cuando así fue.

 

Conciente de que si Bárbara quería buscarla sería muy fácil rastrearla si seguía las rutas normales como un autobús, el tren o avión, Helena camino hasta la carretera más cercana y pidió aventones; A sabiendas de que era capaz de cuidar de si misma acepto el primer auto que se paro, afortunadamente era un trailer que iba rumbo a Bludhaven, en cuanto este se detuvo, Helena le dio las gracias y camino en sentido contrario a la ciudad y pidió otro aventón, este la llevo más lejos, iba a Chicago, y estaba perfecto, sin embargo, Helena no paró en Chicago, antes de llegar, luego de otra parada, se bajo y pidió otro aventón más.

 

Por una semana  Helena viajo de aventones, atravesando el país, evitando cualquier lugar que pudiera tener cámaras de circuito cerrado en conexión con la policía para que de esa manera Bárbara, si acaso pretendía buscarla que no lo creía, no pudiera hallarla. Durmió un par de veces en móteles de carretera, solo para descansar un poco, la verdad es que las veces que durmió fue más por extenuación que deseos de dormir.

 

Luego de varios días, Helena atravesó prácticamente de costa a costa el país, cuando en la última parada decidió que San Francisco, era después de todo, una buena ciudad para empezar de nuevo. Conciente de que no podría ser Vigilante si pretendía desaparecer para siempre; si siguiera con eso pronto sería muy evidente donde estaba, seguramente aparecerían noticias de un justiciero desconocido luchando contra el crimen y lo que menos quería era llamar la atención, claro que sabía que no podría evitar hacer sus salidas nocturnas, ese hábito era algo que era parte de si misma y nunca podría dejarlo, quizá si en algún momento se ofrecía y podía ayudar lo haría, pero no lo haría por decisión propia, Huntress, era cosa del pasado, un pasado que ella haría todo lo posible por olvidar.

 

Lo primero que hizo luego de conseguir un cuarto en un hotel decente, estaba harta de los móteles, fue a comprar un periódico para buscar un departamento donde vivir, luego de instalarse en el hotel y comprar algo de comer, Helena se quedo dormida por primera vez luego de varios días sin casi hacerlo. Al día siguiente, después de desayunar en un dinner cerca del hotel, Helena empezó a recorrer la ciudad, no tenía el oscuro encanto de New Gotham, pero tenía algo que le gusto a la joven, una vibra extraña que le llamó la atención, quizá era la forma de vida tan libre de SF, tan diferente de New Gotham, como toda ciudad tenía sus índices de criminalidad, pero al parecer no era como en su antigua ciudad, fue en esos recorridos tres días después de haber llegado a la ciudad que Helena al pasar por una galería de arte, vio un letrero de que se solicitaba empleada, sin pensarlo decidió entrar y pedir informes.

 

Nadie sabía de su afición secreta, su madre desde pequeña vio las aptitudes para el dibujo y arte que tenía su pequeña hija, y desde temprana edad tuvo los mejores instructores de arte y dibujo, el haber vivido en París los primeros 10 años de su vida fue sin duda de mucha ayuda para formar a Helena en el arte y esta era una pasión de la joven que con la muerte de su madre dejo atrás porque era muy doloroso para ella, sin embargo, pese a que dejo de pintar y dibujar, no por eso perdió su habilidad y sin que Bárbara lo supiera, pues esta estaba convencida de que Helena no tenía intención alguna de asistir a la universidad había tomado varios cursos de arte en NGU, así que con esos conocimientos y su decisión de alejarse por completo de su vida anterior Helena entró a la galería a solicitar el trabajo.

 

Lo primero que vio fue a una señora madura, quizá de unos 50 años tras un escritorio de exquisito diseño de nogal, trabajando en una computadora, al oír la puerta levantó la vista, enarcando una ceja al ver a la joven vestida con pantalones de piel negra ajustada y un top del mismo color y material, con una gabardina de piel.

 

Buenos días, la saludo cordial— ¿en que puedo ayudarte? – preguntó la señora amable.

 

—Buenos días, vi el anuncio en el aparador—dijo Helena sonriente, exudando su encanto desde el primer momento, no sabía porque, pero realmente quería ese trabajo.

 

La señora en cuestión la miró algo sorprendida, pero se repuso rápidamente y le hizo algunas preguntas.

 

— ¿Qué sabes de arte?, es muy importante para alguien que desea trabajar en una galería de arte, saber de ello.

 

Helena, sonrió y empezó a darle una extensa explicación de la historia del arte, de sus conocimientos y entrenamiento en Paris y sus cursos en la universidad, sin entrar en detalles de cual, ofreció si la contrataba traer sus papeles consigo al día siguiente para mostrarle la veracidad de sus palabras, de hecho si la contrataba, podía ir y venir inmediatamente para traérselos.

 

Kate Spencer, así se llamaba la dueña de la galería, la contrató de inmediato, no sabía porque, pero sentía que Helena era justo lo que estaba necesitando, y sentía que podía confiar en ella de inmediato, había en la joven una aura de tristeza tan profunda, que la hizo desear consolarla y tomarla bajo su cuidado.

 

Una vez que se arreglaron las formalidades, Helena había tenido cuidado de darle un número de seguridad social que no la identificara como Helena Kyle, sino como Michelle Kyle, no podía arriesgarse a aparecer en un simple query de Bárbara. Después de que Kate le explicará lo que necesitaba de ella en la galería y de invitarla a almorzar para afinar algunos detalles, Helena le preguntó si sabía de algún departamento disponible en el área, apenas tenía dos días de haber llegado a SF y quería algo cerca de la galería. Le confió además que pretendía entrar a la universidad para conseguir su diploma en historia del arte. Kate se mostró encantada con su idea y le dijo que en cuanto supiera cual sería su horario le dejara saber para acomodarlo con su horario en la galería.

 

Cuando regresaron a la galería, Kate la llevo a la parte de atrás y le mostró una escalera, subieron por ella y al final había una puerta, Kate abrió con su llave y dio paso a un apartamento espacioso y lleno de luz, estaba vació, con algunas cajas y sillas viejas entre otras cosas.

 

—Este edificio era de mi abuelo—comentó Kate al entrar—, cuando lo herede de mi madre, lo primero que hice fue remodelarlo para montar la galería, cuando descubrí este apartamento arriba de la galería, pensé rentarlo, pero si bien tiene una salida externa, también es cierto que conecta directamente con la galería, y no quise arriesgarme a que alguien tuviera otras ideas, sin embargo, se que puedo confiar en ti Hel Kyle – Kate se volvió y miró a los ojos a la joven, quien sin pensarlo y haciendo algo totalmente contrario a su naturaleza fiera e independiente, envolvió en un abrazo a Kate, Helena estaba tan hambrienta de cariño, del contacto humano, hacía tanto tiempo que no se permitía eso, ni siquiera abrazaba a Dinah por temor a que esta leyera lo que sentía o sufría, y con Bárbara, Dios, abrazar a la pelirroja era una tortura y más cuando empezó a salir con Wade, hacía mucho que no estaba en contacto con alguien de esa manera, un abrazo, sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas, ¡Que demonios!, desde que tomará la decisión de dejar todo, de irse sin mirar atrás, había llorado más de lo que creía era capaz luego de la muerte de su madre.

 

—Gracias Kate—dijo Helena, —te prometo que no te arrepentirás de habérmelo rentado, dime ¿cuanto pides por el? Para pagarte seis meses por adelantado y empezar a comprar las cosas para vestirlo, y...—Kate la interrumpió con un gesto de su mano.

 

—No es nada Helena, este lugar esta aquí de por sí, vació por años, si tu te lo quedas, tendré a alguien cuidando de la galería, además, apenas vas a empezar a trabajar y vas a hacer muchos gastos para amueblarlo, después arreglamos eso ¿te parece?

 

—Gracias, Kate, no te defraudaré, te lo prometo –volvió a decir Helena, sentía como si de repente todo empezara a tener sentido en su vida de nuevo, cuando apenas hacía unas horas, se sentía perdida y sin rumbo, de pronto todo empezaba a sonreírle.

 

—Que dices si vamos abajo y por medio de la magia de Internet, una de la cual soy muy asidua desde que aprendí a usarlo y compramos todo lo que necesitas con mi tarjeta, así solo tendrás que darme el efectivo, ¿que dices?

 

—Súper Kate, odio ir de compras, bueno, no odio ir de compras, pero si a comprar muebles, —sonrió—en mi otro apartamento, solo compre una cama, una mesa con sillas y un sofá, no tenía nada más, no era necesario, solo era un lugar donde dormir. –le confió sin entrar en detalles, eran demasiado dolorosos, como explicarle que su hogar no era ese sino la torre del reloj donde estaba también su corazón.

 

Kate le sonrió asintiendo, ella bien sabía lo que era tener una casa, pero no un hogar, desde la muerte de su esposo, eso era para ella su casa, un lugar donde vivir, pero su hogar se había ido con su el.

 

Esa misma tarde, luego de que Kate entrará en el lugar indicado para hacer todas las compras para amueblar el departamento, dejo a Helena haciendo sus compras cibernéticas mientras ella atendía a los posibles compradores, cuando no había nadie, Kate se paraba junto a Helena, haciéndole sugerencias sobre que comprar, cuando fue la hora de cerrar la galería habían comprado absolutamente todo menos comida y artilugios de limpieza. Helena había apuntado el número de la tarjeta de crédito y el banco, al día siguiente iría a depositarle a Kate el dinero, quería que esta supiera que Helena era honesta, que no se había equivocado en confiar en ella.

 

Kate la llevó a su hotel, pese a las protestas de Helena de que no era necesario, la mujer mayor hizo caso omiso de las mismas e igual la llevo, cuando esta bajaba del auto le entregó la llave del departamento, la entrada externa y las llaves de la galería.

 

—Seguramente estaré en ella cuando tú llegues, de esa manera te explicaré como funciona la alarma, y empezaremos tu entrenamiento, ¿te parece?

 

—Perfecto—sonrió Helena—, nos vemos mañana Kate—. Helena ondeo la mano y se perdió en el interior del hotel.

 

Una vez dentro Helena decidió que ya que ya tenía las llaves del departamento iría de una vez a dormir en el, pasaría primero por el Wal-Mart que estaba de camino y compraría los artículos de limpieza necesarios, un colchón inflable y un juego de sábanas para dormir, no tenía caso quedarse en el hotel si ya tenía donde vivir.

 

Eran pasadas las 9 cuando regreso al departamento con todo lo necesario para limpiarlo, lo primero que hizo luego de depositar sus compras en la barra de la cocina, fue hacer un reconocimiento completo del lugar para recoger la basura y cosas mal puestas que no tenían ninguna razón de seguir ahí. Cuando revisó el closet de lo que sería su habitación, vio dentro una caja, la saco y se dio cuenta que eran fotos viejas, algunos diarios y cosas así, sin leerlos ni nada lo volvió a dejar donde estaba, al día siguiente se la llevaría a Kate, seguramente ella sabría que hacer de ello.

 

Luego de cuatro viajes al contenedor de basura, Helena ya tenía libre de basura el departamento, en las siguientes dos horas, la joven se dedico a limpiar con concentrada atención cada palmo del departamento hasta dejarlo reluciente, si bien aún estaba vació, ya no se sentía abandonado y desolado, todo lo contrario, ahora se veía listo para habitarse, con cierto encanto.

 

Helena sonrió para si, no creía haber hecho una limpieza tan profunda de un lugar en toda su vida, cansada pero satisfecha fue a la que sería su habitación a montar el colchón inflable y preparar su cama, si bien no tenía sueño, quería dejar todo listo para cuando su cuerpo decidiera descansar.

 

Había comprado todas las amenidades necesarias para el baño, Kate le comentó que el departamento tenía un calentador de agua, esta no estaba conectado aún, así que necesitaban hacer las llamadas pertinentes para conectar el servicio de gas y el teléfono, si así lo deseaba, si bien Helena no tenía nadie con quien hablar, pensó que sería prudente tenerlo por cualquier cosa, también tenía que hacer la conexión de cable satelital, de esa manera tendría señal de tv e internet, aunque nunca había sido su fuerte, sino de Bárbara, Helena estaba tan decidida a alejarse de todo su pasado que lo principal era encontrar el camino que perdió con el asesinato de su madre.

 

Antes de que eso pasara, Helena era una chica llena de vida y muy alegre, era de las mejores de la clase, estrella en varios deportes, la presidenta de la clase y la más popular, todo indicaba que Helena tendría un gran futuro, seguramente una carrera brillante en cualquier cosa que decidiera seguir, pero luego de la muerte de su madre frente a sus ojos Helena se convirtió en un ser resentido, con justa razón ciertamente, pero la oscuridad, el odio, ira y dolor la invadieron totalmente, tanto que de ser la chica más popular se convirtió en la paria de la escuela, nadie quería estar junto a ella, al principio querían consolarla, pero Helena rechazo a todos, con crueldad o fría indiferencia, hasta que empezaron a tenerle miedo o a provocarla, Helena incurrió en más peleas y problemas en la escuela que todos los estudiantes de mala reputación juntos, la joven era una bomba de tiempo, y sólo Bárbara pudo lograr desactivarla por así decirlo, enseñarle a controlar su ira y rabia, hasta convertirla en Huntress

 

 “Se que estas llena de dolor, se lo que sientes – le dijo Bárbara un día luego de sorprenderla con un cigarro de marihuana en su cuarto – se que sientes que la vida te ha traicionado, que nada tiene sentido – Helena rezongó furiosa—tu no sabes nada, mi madre fue asesinada ante mis ojos y ¡yo no hice nada! –Gritó llena de rabia—pero Bárbara no se echó para atrás—y yo estoy confinada a una silla de ruedas de por vida, ¿que hay de mi vida Helena? ¡¡¡ Que hay de la memoria de tu madre!!! Ella moriría de dolor de verte así, de verte desperdiciar tu vida de esta manera, ella se odiaría a si misma si pudiera verte así! ¿Acaso no lo sabes? Tu eras su vida, nada era más importante para ella que tu, TU ERAS SU RAZÓN de vivir Helena, y si realmente quieres vengar su muerte, demuéstrale que eres valiente, honra su vida Helena, no su muerte” después de decir eso, sin más Bárbara salió de su habitación dejándola sola con sus fantasmas y demonios.

 

Paso una semana y prácticamente no vio a Bárbara, se la pasaba fuera por las noches, iba a la escuela y se mantenía en silencio, atendiendo a las clases pero sin prestarle mucha atención, a veces era casi imposible no reaccionar ante las pullas y burlas veladas o descaradas de algunos alumnos, le enardecía saber que si ella reaccionaba a ellos, la culparían a ella sin más, y apretaba las manos casi hasta hacerse sangre con las uñas enterrándoselas en sus palmas, pero se negó a responder una y otra vez hasta que al parecer se cansaron de tratar de hacerla enojar.

 

Cuando por fin Helena sintió que podía controlar su enojo, cuando se probo a si misma que era capaz de controlar sus reacciones viscerales ante las provocaciones infundadas, fue que se atrevió a presentarse frente a Bárbara y pedirle que la entrenará. Poco después de enterarse de que Bruce Wayne Aka Batman era su padre, Bárbara le había confesado absolutamente todo, el pasado de su madre como CatWoman, ella como BatGirl, Dick como Robin y posteriormente Nigthwing, eso también había contribuido a su ira, pero ahora más centrada, le pidió que la entrenara y el resultado fue Huntress, algo que ya no era ni volvería a ser nunca, una tristeza aún más profunda se apodero de ella. Sin Bárbara nada tenía sentido y solo le quedaba intentar recoger los pedazos de lo que había sido su vida y crear una nueva. Siempre habría un vació en su corazón, nada ni nadie podría ocupar el lugar de Bárbara pero tendría que aprender a vivir sin ella, no le quedaba más.

 

Al día siguiente, se levantó temprano, fue directamente al banco a hacerle el depósito a Kate a su tarjeta, pasó por un pequeño deli italiano y desayuno, a las 10 estaba de vuelta donde la Galería y una sonriente Kate al verla.

 

—Buenos días Hel, ¿cómo estás? —saludó alegre Kate, con esa efervescencia que la hacía recordar a Dinah, una sombra paso por sus ojos por un segundo antes de sonreírle de vuelta a Kate.

 

—Excelente Kate, pase la noche en el departamento—, le anuncio con una sonrisa traviesa.

 

—Cómo—dijo sorprendida la dueña de la galería—pero si no tienes nada todavía ahí.

 

—Ayer luego de que me dejaste en el hotel recogí mi mochila y me fui directamente al Wal-Mart, compre todo lo necesario para hacer la limpieza y un colchón inflable, no tenía caso que me quedará más en el hotel, además no tengo gran cosa así que eso hice. Ya esta listo para que empiecen a traer las cosas, si cumplen con su promesa de entregar esta tarde.

 

—Viéndolo así tienes razón—sonrió comprensiva.

 

El resto del día lo pasaron entrenando a Helena, Kate hizo las llamadas pertinentes para que alguien fuera a conectarle el gas a la chica, después de todo le dijo era su obligación como su casera. Helena agradeció que su madre fuera quien fue, conciente de los peligros que representaban para Helena ser su hija, tuvo la previsión de sacarle una acta de nacimiento diferente, tenía la original, de su nacimiento en Francia, que era la que siempre había usado y la que ahora le daría una nueva vida, seguían siendo algunos de sus datos verdaderos como su apellido, pero el Nombre era Michelle Kyle y un par de años más grande de su edad actual, con una diferente ciudad de nacimiento. Helena no sabía de su existencia hasta el día que abrió la caja de seguridad que su madre mantenía en un banco, no fue sino hasta que cumplió los 21 años que un abogado la busco en el bar y le dio la carta de su madre. Nadie sabía de la existencia de la caja, ni siquiera Bárbara y nunca supo porque, no se lo dijo tampoco, algo extraño pues Helena le contaba todo a la pelirroja, quizá sin saber, sabía que algún día lo necesitaría. No sólo era un acta de nacimiento, sino también una cuenta en un banco de suizo a nombre de Michelle Kyle, Helena no había tenido necesidad de usarla y de hecho no tenía porque estar buscando trabajo ni nada, pero ella necesitaba hacer algo, necesitaba cambiar su vida para poder olvidar y ser lo que alguna vez pudo ser.

 

Así que con esos papeles en mano, saco una licencia de California, abrió una cuenta y el banco  luego de hablar con el gerente y de demostrar su identidad hizo un traspaso de fondos, mínimo de hecho para el dinero que había en la cuenta de Suiza y empezó su nueva vida.

 

De las primeras cosas que hizo fue instalar en la habitación que se suponía era la principal y más grande un gimnasio completo, no tan grande ni equipado como el que tenían en la torre pero con los suficientes equipos para satisfacer sus necesidades, y principalmente un saco de arena.

 

Se inscribió en un colegio de arte y asistía a clases por la tarde noche, por la mañana trabajaba con Kate y temprano iba a correr todos los días unos cinco km, uno de sus nuevos hábitos para mantenerse en forma. Por las noches, gustaba de subirse al techo y mirar la ciudad desde ahí, no era muy alto, pero una de las cosas que Helena dejo de hacer fue recorrer los techos, le traía muchos recuerdos y no quería pensar en ello, no quería recordar a Bárbara, no quería sentir esa necesidad de querer escuchar su voz, ni ceder a la tentación de ser vigilante otra vez, estaba decidida a hacer su nueva vida como debió haber sido si no hubiera pasado la tragedia del asesinato de su madre y la parálisis de Bárbara.

 

Empezó a practicar deportes que alguna vez tuvo intención de aprender, se compro una bicicleta de montaña y en sus fines de semana libres se iba a practicar bicicleta de montaña, aprendió la técnica correcta de escalada en roca, solo por aprender y disimular que ella no necesitaba aprender; solo por tener la certificación, decidió aprender a bucear y lo hizo, cosas que parecían cualquier cosa para otros, para ella era aprender de nuevo una vida que no se permitió antes tener. Ser normal.

 

Poco a poco, Helena fue floreciendo, si bien la tristeza de haber perdido a Bárbara, de no saber de ella ni nada siempre estaba presente, Kate la adoptó como la hija que nunca tuvo, la invitaba a comer, e incluso le enseño a cocinar cuando Helena admitió que a duras penas sabía hervir agua, hacer huevos y nada más.

 

Durante el primer año, Helena se cuidó mucho de entablar relaciones amistosas profundas, tenía conocidos y compañeros en la escuela de arte, y visitó algunos bares y se acostó con algunos y as solo por la necesidad de quemar energía sexual, pero nunca hacía promesas, nunca llevó a nadie a su apartamento y nunca se permitió ir más allá de la aventura de una noche, no podía dejar entrar a nadie porque no era justo para la otra persona, su corazón le pertenecía a la pelirroja y nunca sería de otra manera. Helena la amaba desde que era una niña y ese amor se fue haciendo cada vez más y más intenso con el paso de los años en lugar de disminuir. Pero Helena sabía vivir con esa ausencia, tenía que aprender y aprendió de la manera más dolorosa y desgarradora posible, alejándose de ella, de su luz, de su Bárbara.

 

Fue entrado el año, un día en que Kate fue a cenar a su casa, que esta vio las pinturas que Helena acumulo durante ese primer año de su autoexilio de New Gotham, su primera impresión al verlas fue quedarse sin aliento, estaban llenas de vida, de pasión intensa y hasta cruda, llenas de sensualidad y anhelo. Otras eran de una pasión oscura, desoladora y triste, pero igual de bellas. Luego de la sorpresa inicial Kate acorraló a Helena y le solicito, más bien dicho le exigió que le permitiera hacerle una exposición con ellas.

 

Helena se negó de varias formas, hasta que por fin Kate la convenció diciéndole que nadie sabría quien era la artista, que la mantendría en el absoluto anonimato y que no necesitaba asistir a la inauguración de este si no quería.

 

Por fin a regañadientes Helena aceptó, después de todo no era posible asociar la HK con la que firmaba a ella y si Kate le prometía mantener en el anonimato a la autora, estaba bien por ella.

 

De sobra decir que la exposición fue un éxito, Kate conocía a medio mundo, tenía contactos en el mundo del arte casi comparables con los de su madre, fue todo un acontecimiento la exposición, sobre todo porque era un artista anónimo que se negaba a darse a conocer mas no así sus obras.

 

Luego de que se vendieran como pan caliente sus obras, Kate se negó a permitir que Helena siguiera trabajando como su ayudante en la galería, la insto a dedicarse a pintar, y buscar inspiración, a ser libre.

 

Helena con el paso del tiempo llegó a confiar en Kate, si bien no le contó los detalles ni las identidades de nadie, si le confío de la tragedia del asesinato de su madre, de que se enteró quien era su padre poco después de eso, y que ante la muerte de su madre desapareció, que era un millonario que le dejo una fortuna a su nombre, la cual no había tocado, que su amiga, Bárbara, su madre la nombro su guardián, y que la razón por la que había dejado todo eso atrás era porque, se había enamorado de ella, que de hecho siempre lo había estado, pero cuando esta anuncio que se casaría, supo que no podía seguir viviendo cerca de ella porque era demasiado doloroso y no era justo para ninguna de las dos, porque ella no podía entender porque Helena se comportaba así y ella no podía decírselo, pues cambiaría para siempre su relación y Helena no quería perder su amistad eso la mataría y que por esa misma razón prefirió alejarse sin dejar dirección, ni nada. Sólo un día se fue y ya.

 

Kate la escuchó sin juzgarla ni aleccionarla, le dejo hablar y sacar el dolor tan profundo que llevaba a cuestas, entendía que en algún momento, Hel tendría que enfrentar sus demonios. La desolada tristeza en los ojos de la chica cada vez que mencionaba a  Bárbara era demasiado profunda como para olvidarla y pretender que no existía, quizá con el tiempo Hel conocería a alguien que la ayudara a olvidarla, pero mientras eso no sucediera, o Hel buscará a Bárbara para decirle lo que sentía, aunque solo fuera para hacérselo saber, Hel necesitaba decírselo, pero ya habría momento se decía, todas las cosas sucedían por una razón, nada era al azar o a la casualidad. Se limitó a darle su apoyo incondicional y prometerle que por su boca nadie sabría que Hel Kyle vivía ahí.

 

Dado que no necesitaba trabajar para tener dinero y que sus pinturas se vendían excelentemente bien, Helena acepto el consejo de Kate y empezó a viajar. Lo hacía desde México, se iba en su Jeep Liberty hasta Tijuana y desde ahí tomaba un avión a la Cd. De México y desde donde partía a otros lados, decidida a conocer los países que con su madre no conoció, había vivido en Europa los primeros 12 años de su vida, conocía todo, también Japón, algunas ciudades de África. Así que se fue a conocer México, Sudamérica, Oceanía, se iba por semanas, regresaba y se volvía ir. Cuando regresaba, las semanas que se quedaba en SF las ocupaba para pintar y pintar, antes de volver a irse, Kate estaba preparando otra gran exhibición con su trabajo y necesitaba tener un buen stock de ellas.

 

Helena seguía siendo la solitaria de siempre, con esa sombra de tristeza rodeándola pero al mismo tiempo más libre y desenfadada, sin esa energía oscura que la cubría cuando vivía en NG, alguien que la conociera bien diría que había perdido la chispa, en realidad era que había hecho las paces consigo misma, había aceptado la muerte de su madre, la traición de su padre y la perdida de Bárbara luego de mucha reflexión y lágrimas. Lejos de la violencia y estado de alerta constante de NG, Helena se dio la oportunidad de sentir la perdida de sus seres queridos y no tan queridos con una madurez que no tenía antes, y fue ese conocimiento y aceptación lo que le permitía vivir a gusto consigo misma aunque siempre bajo la dolorosa memoria de Bárbara, sin embargo cuando pensaba en ella, si bien era con cierta tristeza ahora lo hacía atesorando los buenos recuerdos, no los dolorosos. Era la única manera de sobrevivir su ausencia.

 

Y Fue en esa etapa de su vida, que Kate al subir un día a su apartamento vio las pinturas que Helena había pintado de Bárbara, eran hermosas, llenas de amor y devoción, energía pura y deseo, vibrantes y apasionadas.

 

—Dime Helena que estas pinturas son parte del stock a exponer—inquirió Kate emocionada, serían un éxito rotundo si era así.

 

—Nope Kate, esas son de mi colección personal, son demasiado privadas como para venderlas a nadie—dijo Helena con convicción y una sonrisa secreta en sus labios, ¿vender una pintura de Bárbara? NUNCA, era lo único que tenía de ella, sus recuerdos.

 

—Es ella—preguntó Kate comprensiva.

 

—Si—dijo en un susurró.

 

—Te propongo algo, escoge la que mas te guste y la expondremos pero no estará a la venta. Estará como tu colección privada, como una muestra de tu calidad y pasión, es demasiado hermosas como para que no la muestres.

 

Helena se le quedo mirando por un momento, volteo a ver las pinturas por un largo rato, como sopesando las consecuencias de hacerlo o no. La posibilidad de que alguien reconociera a Bárbara en una de ellas si bien era mínima existía, no creía que alguien de NG estuviera en la exhibición y hacía mucho que Bárbara no salía en fotos ni nada...

 

—Esta bien Kate, te permitiré exhibir tres de ellas, en la pared de honor ¿que dices? —Le sonrió—pero ¿no crees que especularan si soy yo?

 

—Lo más seguro—aceptó de inmediato—. Pero no creo que sea problema o ¿si?

 

—Recuerda que nadie debe saber quien es la pintora, y no importa cuanto dinero te puedan ofrecer por ellas, no están a la venta y soy tajante en eso—le reafirmó seria.

 

—Lo se Helena, puedes confiar en mi y lo sabes ¿no? —la miro a los ojos.

 

—Si Kate, pero entiéndeme, es lo único que tengo de ella y...—su voz se entrecortó.

 

—No me tienes que explicar nada cariño, lo entiendo—la abrazo brevemente, Helena no gustaba de las muestras físicas de afecto, ni que invadieran su espacio personal.

 

Con el tema zanjado, Helena ayudo a Kate a montar la exhibición, a preparar las invitaciones, etc. Y el día de la gran apertura, Helena estaba en su departamento, o mejor dicho en el techo, mirando a las estrellas y pensando en esos dos años que habían pasado y lo que había cambiado su vida desde entonces, ¿era feliz? No precisamente, y quizá nunca lo sería en realidad, pero de momento era suficiente. Había cumplido el sueño que tuviera cuando adolescente, uno que creyó que había perdido para siempre y eso debía bastarle ¿no?

 

Una vez más el éxito fue rotundo, Kate recibió muchas ofertas por las obras privadas de Helena, pero dejó en claro que no estaban a la venta bajo ninguna condición para decepción de muchos.

 

Dos días después paso lo que Helena consideraba una posibilidad mínima y casi imposible, alguien reconoció la pintura, alguien quería esa pintura, pero más que nada, alguien había reconocido la firma y quería hablar con ella. Deseaba hablar con ella. Necesitaba hacerlo y así se lo hizo saber a Kate de inmediato.

 

 

Continuará Parte 2

 




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