~ Adiós, nunca es para siempre ~
by V

Descargos: Parte 1

Comentarios, sugerencias, crítica constructiva: cileraine@earthlink.net


Dinah.

 

— ¿Puedes venir a mi apartamento después de la escuela? quiero regalarte algo.

 

Helena, llamándome para algo más que una emergencia, me pareció extraño, pero no logre encontrar nada raro en su voz, su tono era algo tenso, Helena siempre estaba a la defensiva o fría cuando no era una arrogante insufrible.

 

Accedí de inmediato, un regalo de Helena siempre era algo memorable, no es que me hubiera dado muchos claro, pero los dos que me dio eran más de lo que esperaba de alguien que parecía resentir mi mera presencia en la torre y su vida con Bárbara.

 

Después de clases, Gabby me llevó a casa de Helena, mientras ella buscaba donde estacionarse yo subí al departamento, tenía la llave, podría parecer increíble que tuviera una pero luego de casi un año siendo parte del equipo y el último susto que le diera Helena a Bárbara cuando contrajo un virus peligroso que la dejo inconsciente y delirante por un par de días sin que Bárbara lo supiera, fue mandatario para Hel que me diera una llave para su departamento. En caso de emergencia, así que era normal que Hel me dijera que solo la usara cuando llegara.

 

Nada y por nada, estoy diciendo en mayúsculas enfáticas, nada me preparo para lo que encontré en su departamento. NADA, me recibió un silencio sepulcral que me helo la sangre y sentí escalofríos recorrer mi cuerpo en cuanto abrí la puerta. Frente a mis ojos, en la mesa, había unas de cajas y una sobre blanco con mi nombre.

 

No necesitaba ser telepática para saber lo que significaban esas cajas y el sobre, con una sensación de pánico camine los pasos que me separaban del sobre y con mano temblorosa lo abrí, no me había dado cuenta, pero mis ojos estaban llenos de lágrimas incluso antes de leer lo que decía la carta. Dentro de mí sabía la verdad, pero no podía o no quería creer en ella, las lágrimas y el dolor sordo de mi corazón me decían que era verdad, ella se había ido.

 

Dinah:

 

Lo siento...por irme así, sin despedirme, sin explicaciones, pero no puedo, es demasiado para mi, no tendría el valor si esperara un poco más y tampoco tengo la fuerza ni la valentía para quedarme. Ya estoy muriendo por dentro desde hace mucho, no puedo más.

 

No puedo Dinah, este amor me esta matando, es demasiado, siento que cada minuto, cada hora, día muero un poco más, no puedo quedarme, ¡no puedo! Si lo hiciera la lastimaría, ella no puede saber, no puede enterarse de que me estoy muriendo por ella. La lastimaría más si lo supiera, y yo no soporto la idea de hacerlo y cada día que me quedo a su lado lo hago, y si la viera casarse con el simplemente desaparecería aun estando ahí y ella no lo entendería.

 

Dejo una nota junto a esta carta, se que no puedes mostrarle esta a Bárbara, se perdería el sentido de irme si se la mostrarás. Por favor Dinah, es lo último que te pido, nunca le digas la verdadera razón por la que me voy. Por favor.

 

Perdón por sola tan pronto.

 

Cuídala por mi Kid.

 

HK

 

PD. Entrégale tu llave a Leonard, le dije que lo harías.

 

Con los ojos arrasados de lágrimas, apreté la carta contra mí, mi cuerpo sacudiéndose en profundos y dolorosos sollozos, nunca oí cuando Gabby entró, solo sentí sus brazos rodeándome, no sabía, pero lo intuía, el ver las cajas y a mí llorando, lo sabía.

 

—Se ha ido, se ha ido—lloraba contra ella, repitiendo las palabras una y otra vez, Gabby no decía mucho, solo palabras de consuelo y nunca dejo de abrazarme. No se cuanto tiempo paso, ni siquiera se en que momento Gabby me sentó en el sofá sin dejar de abrazarme, pero cuando lo hice, el sol se estaba ocultando.

 

—Ayúdame a llevar las cajas por favor—, le pedí con voz ronca. Gaby asintió sin decir nada, se levantó cargando una de ellas. Yo tome la otra, no necesitaba hacerlo en realidad, pero ella aún no sabía de mis poderes.

 

Cuando Leonard me vio entrar, supo que yo ya sabía que ella se había ido, me dio un abrazo y tomó la llave, me dijo que no fuera una extraña, que podía venir cuando quisiera, aún era menor, el sabía que era responsable y que no pedía bebidas alcohólicas, además el me conocía, no me la vendería de todas maneras.

 

No sé como, Gabby me llevó de regreso a casa, me ayudo a subir las cajas y le dije que las dejara en la mesa frente al televisor, deje la nota para Bárbara sobre ellas, sabía que ella no estaba, había salido con Wade, su madre quería ver lo de los arreglos florales y otras cosas para la boda, el que ellos desaprobaran no significaba que no le regalaran a su hijo la boda perfecta.

 

Gabby se quería quedar conmigo un rato más pero me negué, necesitaba estar sola, necesitaba llorar por Helena y no quería hacerlo frente a ella. A regañadientes se fue, Alfred tenía la noche libre, dado que no estaría Bárbara, que Helena se suponía que trabajaba hasta las 12 esa noche, y yo por lo regular me quedaba con Gabby, no tenía razón para estar en la torre.

 

Me quede sentada en el sofá, con mis rodillas apretadas contra mi pecho mientras las lágrimas corrían sin parar por mis mejillas, con los ojos cerrados, recordando cada momento juntas sentadas en ese mismo lugar viendo la televisión, o verla a ella acostada viéndola, escuchando con su fino oído cada ruido por mínimo que fuera que hiciera Bárbara, siempre atenta a lo que esta estuviera haciendo, aún con su imagen de indolente indiferencia, Helena siempre estaba al tanto de ella, cuidándola, protegiéndola, amándola.

 

No se cuanto tiempo paso, no se ni siquiera si oí cuando Bárbara llegó, pero si oí la risa de esta a algo que decía Wade, maldito Wade pensé con odio al reconocer su voz, desde que Bárbara aceptará casarse con el todo se había ido desmoronando poco a poco, aunque Bárbara aún no le confiaba la verdad detrás de la torre, el camuflaje estaba puesto cuando este entro, no podía evitar aborrecerlo. Maldito seas Wade Brixton.

 

Bárbara debió notarme, hecha un ovillo en el sofá, escuche como se acercaba a mi, pero no me atreví a levantar la vista, no me atrevía a dejarle ver mi dolor, no quería que viera mi rabia y mi furia dirigidas a ella y a Wade, no quería lastimarla como ella sin saberlo me estaba lastimando a mi, como había destruido a Helena.

 

—Dinah, ¿te pasa algo? —pregunto con voz preocupada cuando no vio mi reacción, se acercó a mi podía sentirlo, Wade estaba atrás de ella, mirándome, lo podía sentir, no quería alzar la vista, no quería verla. Pero ella se acercó a mí y me levantó la cara con sus manos, jadeo sorprendida al ver mis ojos hinchados de tanto llorar, las lágrimas que seguían escurriendo sin que pudiera hacer nada por detenerlas. —Dinah, —exigió su voz era trémula, preocupada— ¡Dinah!

 

Pero yo no podía hablar, no encontraba la voz, de mi boca salió un gemido adolorido, hiriente. Bárbara no sabía que estaba pasando, pero de inmediato tomo cartas en el asunto. Sin voltear a ver a Wade, le pidió que se fuera, de manera educada, Wade pareció reluctante a irse, pero Bárbara no lo permitió, le dijo Buenas noches, y que le hablaba mañana. Note la vacilación de Wade, sabía que el no quería irse, pero la voz y el lenguaje corporal de Bárbara no le dejaron opción, musito un buenas noches, no sin antes acercarse a darle un beso a Bárbara que cayo en su mejilla y no en sus labios.

 

Cuando estuvimos solas Bárbara se acercó a mí, se paso al sofá y me abrazo, haciendo sonidos confortantes, pidiéndome que le cuente lo que me pasaba.

 

Lloré por largo rato entre sus brazos, por fin, con voz ronca y apenas audible murmure contra su cuello—se ha ido Bárbara, se ha ido, se ha ido.

 

Bárbara al principio no entendía lo que quería decirle, mi voz era un susurro entrecortado.

 

— ¿Ido? ¿Quien se ha ido? Dinah por Dios, dime que pasa. —su voz se quebró, su cuerpo estaba tenso como cuerda de violín, podía sentir las oleadas de pánico irradiar de ella, se que intuía algo, algo que no se atrevía a permitir que se formara siquiera en su mente.

 

—Carta—dije y señale sin fuerza el sobre encima de las cajas.

 

Bárbara vio la carta y se estiro para tomarla, con dedos temblorosos abrió el sobre... supe el momento en que leyó las tres magras líneas que Helena le dedico.

 

Adiós,

Se feliz Bárbara.

 Cuida de Dinah, ella te necesita.

 

HK

 

Bárbara emitió un gemido, por un momento dejo de respirar, leyó varias veces las líneas y dejo caer la hoja al piso. Yo la veía apenas, tenía un increíble dolor de cabeza de tanto llorar.

 

— ¿Cuando? —Preguntó Bárbara con contenida urgencia— ¿estaban las cajas aquí cuando llegaste? ¡Dime Dinah! —me exigió, Bárbara necesitaba respuestas y las quería en ese instante, sabía que en el momento en que le dijera la verdad me miraría incrédula, sin poder comprender que hubiera esperado tantas horas para avisarle, para decirle, para ponerla sobre aviso, para que pudiera hacer algo.

 

—Helena—dije con mi voz enronquecida—me habló a la escuela, temprano, me dijo que pasara a su departamento al salir porque me regalaría algo. Cuando llegué el departamento estaba vació, solo había esas cajas sobre la mesa y la carta.

 

— ¿A que hora fue eso? —volteo la cabeza de golpe, taladrándome con la mirada.

 

—Pasadas las tres —confesé sonrojada, aún con el enojo que sentía contra ella aún así podía hacerme sentir diminuta.

 

— ¿Por que no me hablaste? —exigió saber incrédula—porque esperaste hasta ahora para decirme, Dinah por Dios—se mezo los cabellos sin dejar de mirar a Dinah acusadora— hemos perdido tiempo valioso para encontrarla, entre más tiempo pasa el rastro se enfría.

 

No puede tolerarlo más, su voz fría analítica, como si estuviéramos hablando de un criminal en fuga y era Helena, Helena que no tuvo más remedio que irse para poder sobrevivir, Helena que estaba muriendo de tristeza y dolor. Me puse de pie de un salto, alejándome de ella.

 

—No leíste lo que decía la hoja Bárbara, ¡SE FELIZ!, Helena se ha ido, ¿tú crees que va a permitir que la encuentres? ¿Tú crees que te va a dejar rastros? ¡SE HA IDO! Por Dios Bárbara, si Helena no quiere ser encontrada no lo será. No se que paso entre ustedes esta mañana, no se que le dijiste para que saliera corriendo de aquí, sólo se que se ha ido.

 

Bárbara me miraba con los ojos fríos y la mandíbula tensa, se acercó lentamente a las cajas y las abrió. Sabía de sobra que Helena solo tenia un poco de ropa en su departamento y unas cuantas cosas personales, una foto de ellas tres, una de su madre y una pintura de Van Gogh que su madre adoraba. Todo lo demás estaba en la torre, en su habitación, Helena podría no haber vivido oficialmente en la torre desde hacia dos años, pero eso no significaba que no viviera extraoficialmente ahí, razón por la que Bárbara nunca desocupo o ocupo de nuevo su habitación, la torre siempre había sido y sería el hogar de Helena.

 

Una vez más la oí jadear de sorpresa, en la primera caja, estaba su traje favorito de Huntress, su adoraba gabardina, el collar transmisor y el pendiente, debajo de ellos, la foto de nosotras y el cuadro de su madre, se había llevado consigo la foto de Selina, pero no la nuestra, era un claro mensaje, era un adiós definitivo, era un cortar cualquier lazo.

 

Varios pantalones de cuero, unas cuantas blusas y zapatos. En la otra había más ropa en el mismo estilo. Sabía que cuando Helena me dijo que me dejaba un regalo, se refería a su ropa, me estaba dejando su ropa, Helena, que era tan territorial y posesiva con su ropa y que era un triunfo astronómico lograr que me prestara algo me dejaba sin más toda su ropa y saben que, no la quiero, no quiero su ropa, quiero a Helena de regreso, quiero ver su cara sonriendo arrogante, quiero oírla decirme Kid, aunque sepa que me fastidia, quiero a Helena en nuestras vidas ¡maldita sea! y me odiaba por quererla conmigo porque sabía que ella no se había ido sin una razón válida, porque sabía dentro de mi que estaba muriendo lentamente, que ver a Bárbara con el estúpido de Wade la estaba destruyendo lánguidamente. Y odiaba a Bárbara por ser tan estúpida, por no ser capaz de ver el amor tan profundo y puro que Helena le profesaba y al mismo tiempo sentía dolor, dolor por mi familia destrozada, dolor porque dentro de mi sabía que esas dos no sabían ser felices sin la presencia de una u otra. Y aunque entendía las razones de Helena para irse, no podía entender como sobreviviría sin ella.

 

Bárbara levantó la vista y me pregunto si acaso su ropa era lo que al parecer me había regalado Helena.

 

—Supongo que a eso se refería—dije con en un susurro constreñido, una vez más las lágrimas amenazaban con ahogarme.

 

—Entonces llévatelo, pon el cuadro en su cuarto, guardaré su transmisor—dijo con tono neutral.

 

La miré a los ojos, queriendo decir algo, queriendo gritarle y decirle ¿que? No se, lo que fuera, Bárbara me estaba asustando con su frialdad, con su mirada calculadora, sin emoción. A excepción de los primeros instantes, Bárbara no había mostrado más emociones, nada. Sin embargo, sabía que no había nada que decir, asentí sin voz y con mis poderes telequinéticos me lleve las cajas al cuarto de Helena, colgaría su ropa y zapatos con cuidado, como si ella solo hubiera ido de vacaciones, su ropa estaría esperándola cuando ella quisiera regresar, aunque dentro de mi sabía que no sería el caso.

Helena no regresaría y debíamos aprender a vivir sin ella.

 

Cuando salí de la habitación media hora después, fui por un vaso de agua a la cocina y vi a Bárbara apostada en Delphi con varias ventanas desplegadas, era obvio que eran imágenes de las cámaras de seguridad de varios lugares, reconocí el aeropuerto, la estación de autobús, la de tren, incluso la que ella misma había mandado a instalar cerca de el Dark Horse por medidas de seguridad luego de lo que había pasado con Harley Quinn, que se hacía llamar Harlen Quinzel, la psiquiatra que Helena se había visto obligada a ver por orden de la corte.

 

Afortunadamente Bárbara por coincidencia había descubierto su verdadera identidad como la dama del crimen de NG y por una foto congelada en una imagen de un asalto que logramos detener, Bárbara supo su doble juego, para suerte de nosotras se descubrió a tiempo, Helena empezaba a confiar en ella y estuvo a punto de confesarle cosas que hubieran sido la caída de Birds of Prey, Helena estaba en su momento más difícil, con el anuncio del compromiso de Bárbara con Wade, Helena era muy vulnerable, pero Bárbara logró descubrirlo a tiempo para ponerle una trampa, de alguna manera, Helena pudo fingir que había caído bajo la hipnotización de la Dra. Quinzel y hacerla creer que estaba bajo su dominio, para tenderle la trampa que terminaría con ella en Arkham, de eso solo hacía una semana, algo debía haber sacudido a Bárbara muy fuerte como para la pelea que tuvieron poco tiempo después, que desencadeno en la partida de Helena, pero no sabía que. Bárbara nunca me dijo y ya no volví a ver a Helena.

 

Me acerque a Bárbara y me atreví a preguntarle si había alguna pista de Helena.

 

—No, no aparece en ningún lado, no uso su pasaporte, ninguna tarjeta, no hay boletos comprados a su nombre, nada.

 

Asentí y me despedí no podía hacer nada más y sabía que Bárbara no me enviaría a hacer rondas, estaba demasiado conmocionada emocionalmente como para estar concentrada en el trabajo y no ponerme en peligro, se que ya estaba capacitada para hacer rondas por mi cuenta aún no tenía la experiencia de campo suficiente como para hacerme cargo de la ciudad yo sola. No sabía que haríamos, pero sabía que seguramente Bárbara ya estaba pensando en algo, se tomaba muy en serio su papel de protectora y vigilante de New Gotham, no pasaría mucho antes de que supiera como procederíamos.

 

Se que esa noche Bárbara no durmió, paso horas frente a Delphi buscando una y otra vez cualquier pista posible sobre el paradero o camino que había tomado Helena, pero se que no encontró nada por mínimo que fuera, Helena era experta en pasar desapercibida, en hacerse en invisible por así decirlo, la única capaz de sentir su presencia era Bárbara, ella siempre sabía donde estaba Helena cuando estaba cerca de ella, aunque escondida pero esa habilidad no aplicaba a kms. De distancia, unos que estaba segura pronto serían miles, si conocía a Helena, sabía que pondría mucha distancia entre Bárbara y ella, de otra manera la tentación de volver y verla aunque fuera de lejos sería mucha y seguramente Helena sabía que no sería capaz de resistir ese llamado, Bárbara era para Helena una droga, una medicina, una bendición y una maldición. Y la única manera de sobrevivir a esa adicción sería cortarla de tajo, sin más y para siempre.

 

Cuando Alfred, llegó el sábado por la mañana, yo ya estaba en la cocina, había dormido nada o casi nada, mi mente no dejaba de pensar en Helena, en todo lo que habíamos vivido juntas, todo era una maraña de sentimientos, una parte de mi resentía a Helena, a Bárbara, a Wade, y otra parte de mi, la niña asustada que no había dejado de ser lloraba desconsolada por su ausente hermana mayor.

 

Le di la noticia, Alfred como todo mayordomo inglés siempre ha sido frío y muy correcto, pero cuando se enteró de la partida de Helena, pude ver claramente en sus facciones no solo la sorpresa, sino una clara tristeza y desolación ante ese hecho. Pareciera que todos sus jefes lo abandonaran, primero los padres de Bruce, luego Bruce, y ahora Helena. Sin embargo, el seguía cuidando de nosotros, aún en la distancia. Estaba segura que si bien no sabía el paradero del padre de Helena, seguramente tenía alguna forma de comunicarse con el aunque no se hablaran y evidentemente le haría saber que Helena había desaparecido sin dejar rastro de New Gotham, igual que el lo hiciera 5 años atrás.

 

 Parecía mal de familia de los Wayne, uno no podría evitar preguntarse si en realidad eran tan valientes y temerarios o en realidad eran cobardes emocionales que no podían enfrentar el dolor de la perdida y seguir adelante.

 

En realidad si me preguntan, yo no diría que son cobardes, capaces de morir por extraños, por dar su vida en la lucha del bien, a costa de sus propias vidas y almas, no los hace cobardes, el problema con los Wayne, es que solo saben amar de una manera, con total y absoluta pasión, entregándose por completo, sin reservas ni ataduras. Cuando un Wayne entregaba su corazón, era para siempre. El problema era, que el amar y la felicidad para los Wayne no era precisamente algo que fuera de la mano.

 

Yo no sabía casi nada de la relación amor odio que tenía Bruce con Selina, pero era obvio que sus alter ego no podían amarse, Batman era blanco y negro, la justicia y el bien eran el parangón de su vida mientras que Catwoman, era una ladrona que hacía lo que hacía por el placer de romper las reglas, por la adrenalina que conllevaba burlarse de la autoridad y el orden establecido, Catwoman no era una ladrona que robara por necesidad, lo hacía por deporte, era una mujer exitosa como Selina Kyle, una reconocida y respetada agente de artes, con su propia galería y contactos alrededor del mundo. Pero el amor que había entre Bruce y Selina no era suficiente para que Batman y Catwoman pudieran coexistir juntos.

 

Sabía que desde el momento en que Selina quedo embarazada, esta desapareció de la vida de Bruce y Batman, sin que este supiera que iba a tener una hija, dejo la vieja Gotham City y no se volvió a saber de ella, ni de Catwoman hasta que Helena había cumplido 12 años y regreso a la que ahora era New Gotham. Selina nunca volvió a ser Catwoman, pero el que dejara su alter ego no impidió que los enemigos de Batman supieran de su regreso, pero más que nada, que se el Joker se enterara que Selina Kyle era alguien importante en la vida de Bruce Wayne aka Batman su archienemigo y que la asesinara para causarle un daño mortal, afortunadamente nadie sabía más que Selina que su hija, era también hija de Bruce Wayne, quizá si lo hubiera sabido no hubiera sido Selina la asesinada, sino Helena, ese secreto le salvo la vida a su gran tesoro, Helena, a costa de su vida y del alma de Bruce y se que para Selina, el pagar con su vida era un precio que pagó gustosa por la salvaguarda de Helena, aunque en el precio por salvarla hubiera sido tan alto para la propia Helena.

 

Quizá la propia Selina sabía que Helena era una combinación perfecta de los dos, y sabía que Helena sobreviviría a su muerte, Helena tenía las mismas características metafísicas de su madre y otras que ella no poseía, además de su desdén por las reglas y la vida convencional, la clase y elegancia que ella poseía, la sexualidad salvaje y encanto que exudaba y la fiera lealtad y sentido de la justicia de su padre, pero de él también había heredado el oscuro humor y pasión que Bruce poseía, esa rabia e ira tan poderosas capaz de consumir a cualquiera ya fuera para bien o para mal. Bruce había logrado controlar esa oscura vena luchando por la justicia, y Helena al igual que él había logrado vencer ese llamado por las mismas razones y por Bárbara, a diferencia de Bruce, la presencia de Bárbara en una tierna edad logró que la pasión de Helena por ella fuera tan poderosa que al final logró vencer la oscuridad innata que existía en ella.

 

Yo no podía evitar preguntarme sin que un escalofrió recorriera mi cuerpo, ¿que sería de Helena ahora sin Bárbara?

 

Ese fin de semana fue sombrío en la torre, Bárbara apenas si se despegó de Delphi buscando obsesivamente cualquier pista que la condujera al paradero de Helena, pero hasta el momento nada había salido a la luz, era como si se la hubiera tragado la tierra.

 

Una parte de mi pensaba que quizá Helena regresaría, después de un tiempo, creía que su necesidad por Bárbara, por la presencia de esta haría que un día ella entrará como si nada por el balcón y con una sonrisa desdeñosa anunciara su regreso de las vacaciones que tomará para aclarar su mente. Imaginaba que Bárbara le regañaría por ser tan desconsiderada y desaparecer de esa forma, que Helena se mostraría contrita y le pediría perdón a Bárbara y que todo seguiría como antes, pero sabía que me estaba engañando a mi misma, quizá si Wade no existiera en la fotografía, quizá Helena regresaría luego de tranquilizarse por cualquiera que hubieran sido sus diferencias con Bárbara, pero la realidad era que Wade era real, que no se desaparecería de la pintura y ese era el punto neurálgico de su partida, Wade existía y si este existía, Helena no podía coexistir con el, igual que sus padres no pudieron ser felices por que Batman y Catwoman eran reales.

 

Cuando la semana inició, Bárbara se veía agotada y de mal humor, más taciturna si cabe, perdida en sus pensamientos, apenas si mostraba emoción, sus ojos se veía opacos y sin vida, a veces podía jurar que había visto lágrimas en sus ojos, pero no podía asegurarlo, lo que si sabía era que Bárbara extrañaba a Helena y que al igual que yo, esperaba que esta volviera en cualquier momento luego de su berrinche, a lo largo de esa semana la vi por las noches afuera en el balcón montando guardia, esperando sentir su presencia y tranquilizarse porque Helena estaba de vuelta, pero cuando al termino de esa semana Helena no regresó, supe que algo pasaría, llámenlo sexto sentido o metagenes, pero lo sentía.

 

El viernes por la noche, yo estaba recostada en el sofá esperando a que Bárbara regresara de su cena semanal con Wade y sus padres, una que se venía dando desde el anuncio de su compromiso para arreglar los detalles de la boda. Ya había pasado una semana desde la partida de Helena y suponía que dado que era fin se semana que Bárbara me mandaría a hacer rondas aunque cortas o al menos me tendría en alerta por cualquier emergencia, robo o lo que fuera que Delphi detectara.

 

Cuando por fin el elevador se abrió, Bárbara entró sola, me extraño porque Wade siempre regresaba con ella y solía quedarse a pasar la noche en la torre, no obstante, esa noche, Bárbara regresaba sola y su semblante era más adusto que nunca.

 

—La boda se ha cancelado—anunció en el momento en que me vio—mi compromiso con Wade esta roto.

 

— ¡QUE! —grité incrédula—pero, ¡si tu lo quieres! ¡Por que! —no podía creerlo, cuando dije que ella lo quería por un segundo me pareció ver una sombra en sus ojos, algo que no alcancé a definir pero que estaba ahí, Bárbara inmediatamente lo oculto con fría indiferencia.

 

—Ahora que Helena ya no esta, no me puedo dar el lujo de tener distracciones—fue su respuesta, una que me dejo anonadada, si podía entender lo de distracciones y la ausencia de Helena, pero que Bárbara llamara así a Wade, de esa manera tan desapegada, tan fría, no se, Por Dios, se suponía que era el hombre que amaba, con el que se iba a casar.

 

—Mis deberes son con New Gotham, algo que Helena tuvo a bien olvidar de manera muy conveniente, pero yo no me puedo dar ese lujo Dinah, el compromiso y la boda están cancelados.

 

—Pero siguen siendo...—no me atreví a terminar, la mirada que Bárbara me dirigió cortó cualquier cosa que pudiera decir.

 

—No, mi relación con Wade esta terminada, ya te dije, no me puedo permitir más distracciones.

 

Entendí claramente, no sólo Wade era una distracción, Helena también lo era, su ausencia era algo que la tenía tensa y preocupada, debido a su búsqueda había descuidado la vigilancia de New Gotham, afortunadamente para nosotras, con la caída y confinación de Harley Quinn en Arkham el nivel de criminalidad en la ciudad estaba casi en ceros, en lo que archicriminales se refería, pero solo era cosa de tiempo, después de todo era New Gotham, siempre había alguien dispuesto a tomar la batuta, un nuevo criminal o meta decidido a gobernar el inframundo de New Gotham y Oracle estaba decidida a estar preparada cuando eso sucediera, sabía que en cuanto la voz se corriera de la misteriosa ausencia de Huntress, el crimen en la ciudad podía ir aumentado de manera gradual y por demás peligrosa, si no se contenía a tiempo.

 

Era vital que estuviera lista para tomar el lugar de Huntress, era necesario que estuviera lista a afrontar esa responsabilidad y era preciso que lo hiciera y lo hiciera ya. Más claro ni el agua. El descanso se había terminado.

 

—Hable con Dick anoche, llega el lunes, se quedará con nosotros un tiempo para ayudarte y terminar de entrenarte Dinah, no podemos darnos el lujo de relajarnos, sin Helena ahora eres tú mis ojos y mis piernas—esto ultimo lo dijo apenas en un susurro. Siempre había sido así. Bárbara era el cerebro, la inteligencia, la tecnología, y Helena era la fuerza, el músculo, la astucia. Ahora era mi turno y por Dios no me sentía segura de poder lograrlo. Helena era, era ¡Huntress! Era temeraria, no le temía a nada, no titubeaba, ¡oh, dios!— palidecí —Entendido—no podía decir nada más estaba todavía boquiabierta por su decisión de romper con Wade, ¡oh, dios! la razón por la que Helena se fue ya no existía, pero claro, si no se hubiera ido todo seguiría igual. Demonios, que lío.

 

Bárbara me dejo en la sala, mientras ella iba a accionar el mecanismo para develar a Delphi, como creía que Wade regresaría con ella puse la pantalla, pero ya no había razón para tenerla oculta. Vi como se apostó frente a ella y ya no era Bárbara la que me dijo que fuera a detener un robo, sino Oracle. Esa noche fue mi primera noche sola, verdaderamente sola, antes cuando me dejaban salir en mi propia ronda, siempre podía contar con que Helena me podía cubrir las espaldas si algo salía mal, ahora me tenía que bastar yo misma, o al menos hasta que Nigthwing llegará. Me moría de nervios y al mismo tiempo sentía una responsabilidad inmensa, así como Bárbara era mi mentora, también lo había sido Helena en el entrenamiento real, y por ella, lo haría. De alguna manera sentía que Helena me estaba diciendo que confiaba en mí para no solo proteger New Gotham, sino para proteger lo más preciado en su vida, Bárbara. Y no podía fallarle.

 

Dick Grayson llegó el lunes como prometió, paso varias horas encerrado con Bárbara en la sala de entrenamiento, por lo que pude escuchar luego de que regresara de clases con Bárbara, esta se puso a entrenar con Dick, pero por los ruidos era obvio que Bárbara estaba sacando su rabia y enojo, varias veces escuche los gruñido y gemidos de Dick al recibir un golpe, Bárbara estaba furiosa y se notaba. Después hubo silencio, pero ellos no salieron de ahí hasta la hora de cenar. Bárbara apenas si comía, pero lo hacía porque Alfred no le permitía no hacerlo.

 

Esa primera noche con Nigthwing a mi lado, justo antes de entrar a la torre, me detuvo en el techo de enfrente, me indicó que apagará los comms y me pregunto directamente que había pasado.

 

—Canary, ¿que paso? ¿Dónde esta Huntress? Se que ella y yo no nos llevamos precisamente bien, pero aunque siempre considere que se tomaba en serio su responsabilidad, al principio tenía mis dudas, pero ¡no entiendo!

 

—No lo sé Nigthwing—y en parte era cierto, no sabía que había detonado la pelea que termino con la partida de Helena. sabía la razón pero no la causa—se que Huntress discutió con Oracle al día siguiente de que despertara por una herida que sufrió por la espalda luego de detener un asalto a un banco, después de eso, ella salió corriendo, se aventó por la torre en pleno día. Lo siguiente que supe fue que Huntress se comunico conmigo, me dijo que pasara a su guarida y me encontré con esta vacía, un par de cajas y una carta diciendo Adiós. Nada más. De eso más de una semana.

 

Nigthwing me miró fijamente como si presintiera que yo sabía más de lo que dejaba saber, le sostuve la mirada, conciente de que Helena confiiaba en mí y que no podía traicionar esa confianza. Después de unos minutos de mirarme como si quisiera leer mi mente, eh, Nigthwing, esa es mi especialidad recuerdas- solto un gruñido y aceptó mis palabras. Se que no me creyó del todo, pero también que no tenía otra que confiar en lo que decía y al mismo tiempo sentía que el sabía la verdadera razón por la que Helena se había ido.

 

Después de eso regresamos a la torre, Dick se encargó de darle el informe y yo me fui a la cama, al día siguiente era día de escuela, normalmente yo no salía en noches de escuela, pero ya no podía Bárbara darme ese descanso y era mi obligación adecuarme a las nuevas demandas de ser vigilante de NG.

 

Dick luego de pasar su informe se fue a la mansión, no pretendía quedarse en la torre con nosotros para alivio mío, esperaba que Dick no tomará el lugar de Wade, Helena odiaba a Dick por su pasada relación con Bárbara y si llegará a enterarse de que Dick estaba ahora en la torre le sentaría peor. Claro no había manera que lo supiera, pero igual, más valía prevenir que lamentar.

 

De sobra decir que Alfred estaba encantado que Dick regresará aunque fuera por seis meses a vivir a la mansión, hacía mucho que nadie vivía ahí. Helena nunca había querido vivir en ese lugar, y Bárbara prefería la torre por ser céntrica y el perfecto escondite a plena vista.

 

Los días se convirtieron en semanas, estas en meses y Bárbara no podía encontrar rastro alguno de Helena, me preocupaba verla, algo dentro de si había muerto con la partida de Helena, era obvio para cualquiera que la conociera, la luz de sus ojos se había apagado, oh, si, seguía siendo la misma Bárbara, inteligente, sagaz, incisiva pero ya no había en sus ojos esa chispa que sólo Helena mantenía brillando.

Después de los primeros dos meses, no se que le habría dicho Dick, pero Bárbara empezó a comer regularmente de nuevo, se había bajado de peso y se le veía agotada y con ojeras profundas, clara muestra de sus noches sin dormir.

 

Yo trataba a mi manera de hacerla sonreír, no dejaba de hablar cuando estaba con ella, de la escuela, de lo que quería estudiar en la universidad, que opciones tenía, de Gaby y muchas otras cosas, lo que se me ocurriera, hasta que una noche Bárbara me dijo que no tenía que estarla entreteniendo, no era necesario, me agradecía mis intenciones, pero estaba bien. Todo estaba bien. Yo sabía que era una mentira y ella sabía que yo sabía, pero accedí a salir un poco más por las tardes. Bárbara me lo agradeció pero yo seguí tratando de cuidar de ella, aunque fuera a distancia, Helena me lo había pedido después de todo.

 

Con el término del año escolar, el verano y mi entrada a la Universidad de New Gotham vino otra sorpresa de parte de Bárbara, después de 8 años de dar clases en  NgHigh  esta renunció a su puesto como Profesora de inglés, sus razones fueron dos, sus prioridades habían cambiado y pensaba dedicar su tiempo libre a la investigación de nanotecnología en Wayne Laboratorios, Dick le había comentado que los investigadores de la Fundación Wayne estaban trabajando en la nanotecnológia como regeneradores y Bárbara se interesó mucho en eso. Habían estado trabajando con ratas para ver la posibilidad de regenerar tejidos dañados y estaban progresando en ello.

 

Bárbara estaba decidida a caminar de nuevo, quizá ya no para ser Batgirl otra vez, sino para recuperar un poco de su movilidad y sensibilidad en las piernas. Esta no había abandonado la idea de su cinturón neuronal, pese a que el segundo prototipo casi la mata cuando lo probo, y Helena se puso como loca y se enojo con Bárbara, esta no abandono la idea, aunque la dejo de lado por un tiempo, ahora que Helena ya no estaba, Bárbara estaba decidida a seguir con su investigación.

 

No sabía que hacer, una parte de mi no quería perder de vista a Bárbara por un período extendido de tiempo, sus ojos eran resguardados, casi fríos, habían perdido la calidez que le caracterizaba, no voy a decir que me miraba a mi de esa manera tan desapegada, había cierta calidez en sus ojos cuando lo hacía, pero casi nunca me miraba ya.

 

Oh, si me decía cosas, de alguna manera la rutina seguía siendo la misma, Dick me estaba enseñado mucho y las rondas eran ok, pero el vació de la ausencia de Helena en lugar de hacerse más soportable era al contrario, era como un fantasma, supongo que es peor no saber donde estaba que si hubiera muerto, al menos así sabríamos su paradero, pero con su desaparición simplemente era una zozobra permanente, mientras yo sabía que ella estaba bien, dentro de mi sentía que estaba bien, al menos físicamente, pero no podía decirle a Bárbara lo que sentía, no podía decirle a Bárbara, no sin dejarle saber de alguna manera lo que sabía, que sabía la verdadera razón por la que Helena se había ido.

 

Varias veces sentía como me miraba, como si quisiera decirme algo, preguntarme algo, y yo tenía que recordar que lo hacía por Helena, pero era tan difícil, ¿como le mientes por omisión a la mujer que era más tu madre que tu verdadera madre, que la que considerabas tú hermana se había ido porque amarla la estaba matando lentamente?

 

¡Me debes una muy grande Hel!

 

No se que fue lo que me despertó esa noche, tenía sed pero era algo más, un sexto sentido si quiere, pero sentía que había algo, un ruido, no se. Me levante y salí de mi habitación, revise el cuarto de Bárbara y vi que ella no estaba ahí, pasaban de las 3 de la mañana, era extraño, pero no lo era, Bárbara dormía poco desde que Helena se fue. Baje las escaleras y la luz de Delphi en stand by me indico que ella no estaba ahí, cuando volví la vista las puertas de la terraza estaban abiertas,  vi la forma de Bárbara en su silla, su espalda se sacudía ligeramente, fue cuando me di cuenta que lloraba, se me rompió el corazón. No sabía que hacer, si acercarme o dejarla, sin embargo sus sollozos eran con tal dolor que no pude evitar acercarme.

 

Bárbara debió sentirme porque se enderezó y trato y de limpiar sus lágrimas, de contenerlas, pero estas seguían sin detenerse.

 

— ¿Pasa algo Dinah? —me preguntó con voz ronca por las lágrimas.

 

—No—respondí, no sabía que más decir.

 

Bárbara no dijo nada, fijó su vista hacia la ciudad y otra oleada de llanto la sacudió, esta vez me hinque y la abrace, consolándola, no podía hacer otra cosa.

 

— ¿Por qué se fue? —preguntó en un susurró atormentado—la extraño tanto Dinah, Oh, Dios, la extraño.

 

Hace ya algunos meses que puedo controlar mi telepatía al tacto, antes con sólo tocar a una persona podía entrar en su mente y sentir todas sus emociones, ahora puedo controlarlo, sin embargo, cuando las emociones son tan profundas, estas irradian en mí, lo que estaba emanando de  Bárbara casi me hizo jadear al reflejarse en mí todo lo que ella estaba sintiendo; la pena y la desolación eran tales que el dolor que irradiaba era casi físico, la abrace fuertemente, queriendo darle mi apoyo incondicional, pero el dolor era tan grande, tan profundo, las emociones que recibía de Bárbara eran sobrecogedoras, pero lo que me desconcertó no fue el dolor, la añoranza, la pena y el sufrimiento que sentía, sino una emoción aún más poderosa, un anhelo insatisfecho, un oleada de profundo amor que me dejo sin aliento Oh, Dios, Bárbara ama a Helena!!! Me grito mi mente al reconocer los sentimientos, totalmente impactada por la revelación, pero no podía evitar preguntarme, era algo que apenas descubría Bárbara o un amor que siempre había existido pero que ella nunca se había permitido sentir o mostrar? De cualquier forma, Helena se había ido, de nada importaba si Bárbara la amaba o no, ya era demasiado tarde, y si se hubiera quedado, Bárbara se hubiera casado con Wade, de todas maneras el resultado era el mismo, Helena devastada.

 

Oh, Dios me lamentaba una y otra vez sin dejar de abrazar a Bárbara y decirle palabras de consuelo, pero dentro de mi sabía que no importaba que le dijera, Bárbara estaba sufriendo, su corazón estaba roto en mil pedazos y la única capaz de ayudarla se había ido por la misma razón por la que ahora Bárbara lloraba desconsolada, las dos se amaban, pero ninguna de las dos fue lo suficientemente valiente como para externarlo.

 

Quizá pensaba dentro de mí, si Helena le hubiera confesado su amor, quizá y solo quizá Bárbara no se hubiera comprometido con Wade, quizá no hubiera actuado a favor de ese amor que ahora veía tan claro como el agua en Bárbara, pero al menos esta quizá lo hubiera pensado, no sé la verdad pero si sabía que de alguna manera, el desenlace hubiera sido diferente pero los hubieras no existen y la realidad era que Helena se había ido y que Bárbara por fin se había dado cuenta de lo que tenía frente a sus ojos cuando lo perdió.

 

Me preguntaba si Bárbara acaso se imaginaba la verdadera razón de la partida de Helena, si acaso ahora que ella misma sentía el amor que tenía por Helena su mente racional ataba cabos y caía en cuenta de que Helena la amaba no como su mentora, guardián o mejor amiga, sino como una mujer. Al menos que Hel regresara mi pregunta quedaría sin responder.

 

Esa noche acompañe a Bárbara a su cama, y me acosté con ella abrazándola, dándole todo mi consuelo y esperanza. Durmió por unas horas, yo no pude pegar el ojo, las emociones que se desprendían de Bárbara aun dormida eran demasiado para mi como para permitirme relajarme. Varias veces que me quedaba medio dormida, despertaba ante los murmullos de Bárbara, suplicándole a Helena que regresara. Sabía que Bárbara no soportaría encontrarme a su lado al despertar, así que cuando se calmó un poco, me levante y me fui a mi propia habitación, deseando con todo mi corazón que Helena regresará, pero lo que deseas y lo que obtienes son cosas muy distintas.

 

Había pasado casi un año desde la partida de Helena, las cosas estaban normales por decirlo de alguna manera, yo dividía mi tiempo entre la universidad y mis rondas nocturnas, no siempre salía a patrullar, pero me aseguraba de estar lista en caso de que fuera necesaria mi presencia en la ciudad. Dick hacía cuatro meses que había regresado a Bludhaven, luego de asegurarse que ya podía valerme por mi misma en la lucha contra el crimen, debo decir que ya estaba lista para hacer rondas sola, pero nunca deje de desear que Helena estuviera cerca, a pesar de que le encantaba molestarme y fastidiarme todo el tiempo. De una cosa podía siempre estar segura, Helena siempre me cubriría las espaldas, siempre podía contar con su apoyo, y ese vacío era algo que no podía llenar.

 

Estaba en mi descanso entre semestres cuando cosas extrañas empezaron a pasar en New Gotham. Al parecer una nueva banda de crimen organizado quería adueñarse de la ciudad, se hacían llamar los Dragones Rojos, eran una mafia china y su modus operandi era muy distintivo; estaban dispuestos a apoderarse de la ciudad y para hacerlo al parecer pretendían eliminar a todos sus adversarios, de la noche a la mañana empezaron a aparecer asesinados jefes y lugartenientes de pequeñas bandas de crimen de la ciudad, unas que sabíamos que existían y que íbamos controlando conforme actuaban, sin embargo los Dragones Rojos estaban mostrándose como asesinos despiadados y sanguinarios, no tomaban rehenes, no dejaban cabos sueltos ni testigos, todos aquellos que tuvieran la desgracia de cruzarse en su camino terminaban asesinados, una nueva amenaza se cernía sobre la ciudad y no estaba segura de poder sola con el paquete.

 

Bárbara estaba preocupada, tanto que pidió la ayuda de Nigthwing para combatir y desmantelar esta nueva y despiadada mafia. Yo lo agradecí, las veces que me enfrente a ellos salí viva de milagro gracias a mis poderes metahumanos, de lo contrario, no hubiera podido protegerme de la lluvia de balas y estrellas que me lanzaron en varias ocasiones. Fue debido a eso que Dick regresó a ayudarme, nunca imaginamos lo que encontraríamos en esta lucha.

 

Después de que empezaran a aparecer asesinados los jefes y varios lugartenientes de las pequeñas bandas criminales de New Gotham, Bárbara se enfrascó en encontrar la manera de detener a los Dragones Rojos, había algo distintivo en todos los asesinatos, en sus cuerpos aparecía una Flor de loto pintada en sus ropas, y una palabra. Perdón en japonés. Eso nos tenía desconcertados, quien podría estar asesinando a esta gente, que si bien era gente mala, no por eso debía ser asesinada de esa manera, les cortaban la yugular con al parecer una espada, Bárbara suponía que era una katana, y yo un par de veces me pareció ver a alguien vestido de samurái huyendo del lugar del crimen.

 

Casi a punto de entrar a clases de nuevo, Bárbara logro encontrar el cuartel general donde se escondían los Dragones Rojos, no estábamos seguros de que ahí estuvieran las cabecillas o si solo era un lugar de reunión, pero era la única pista que teníamos, luego de haber visto a uno de ellos y seguirlo, Barbara había logrado triangular su posición, Nigthwing y yo fuimos a la noche siguiente a hacer una inspección, de confirmarse nuestras sospechas, llamaríamos a Reese para que iniciara una investigación.

 

—Nigthwing, ¿que es lo que ves? —escuche la voz de Bárbara cuando ya estábamos apostados afuera de la bodega.

 

—Parece que hay un perímetro de seguridad alrededor Oracle, se ven varías cámaras de seguridad y hombres en las ventanas con armas.

 

— ¿Canary?

 

—Confirmó Bárbara, hay varios guardias apostados en los lugares estratégicos de la bodega, será difícil entrar.

 

—Me parece que hacen una ronda circular Oracle, quizá logremos infiltrarnos en el momento en que hacen la ronda. Un minuto como máximo para esquivar las cámaras.

 

—Copiado, tengan cuidado.

 

Con extrema precaución Nigthwing y yo logramos entrar  a la bodega, consideramos que no sería prudente despachar y asegurar a los guardias que lográbamos esquivar para no disparar la alarma de los criminale;, la bodega parecía abandonada por fuera, pero por dentro era un fuerte literalmente,  Nigthwing estaba filmando el interior y todo lo que nos encontrábamos para mandarlo a Reese  y que este pudiera actuar, estábamos en el segundo nivel cuando escuchamos voces y el grito de una mujer, hablaban en japonés al parecer, ni Nigthwing ni yo lo hablábamos pero Bárbara sí, nos ordenó detenernos y buscar cubierta.

 

“Me parece que no entiendes Aiko, no te estoy pidiendo que lo hagas, te lo estoy ordenando, o pretendes deshonrar a tu padre al permitir que tu hermano y madre mueran? Tu padre ya les falló, ¿lo harás tu?”

 

“Mi padre esta muerto, y no voy a deshonrar su memoria”.

 

“Tu familia esta en mi poder Aiko, no lo olvides”.

 

Se escucharon varios golpes y más voces antes de que la puerta se abriera y tres hombres chinos salieran.

 

—Nigthwing, Canary, extraigan a la joven, esta secuestrada.

 

—Copiado—respondimos los dos quedo.

 

Canary entró, Nigthwing se quedo afuera como respaldo, lo primero que vió Canary fue a una joven encadenada a la pared, estaba casi desplomada sobre sus piernas, tenía el rostro golpeado y sangre escurría de su nariz y boca.

 

Corrió hacia ella y notó que ni siquiera levantaba la cara, era obvio que estaba inconsciente. Canary sacó uno de los artefactos que Bárbara le diera recientemente para su cinturón y logró cortar las cadenas, Aiko era un poco más baja que ella, pero no podría cargarla, así que uso sus poderes telekinéticos para llevarla, Nigthwing se encargaría de ella después.

Nigthwing la alertó de que alguien venía, ordenándole esconderse aun lado de la puerta para lograr salir antes de que los descubrieran, sería difícil salir de ahí con un paquete bajo el brazo.

 

Alguien entró y Canary tuvo que golpearlo, salió corriendo con Aiko, Nigthwing se la echo a la espalda, y empezaron a correr, no tenían tiempo para delicadezas, pronto se darían cuenta que alguien había irrumpido en sus defensas. De repente unos gritos les indicaron que ya se habían dado cuenta que Aiko no estaba.

 

Nigthwing, y Canary echaron a correr hacia el techo, no tenían tiempo que perder, disparos de bala les pasaron por la cabeza, Canary logró detener las balas con sus poderes, ella estaba cubriendo a Nigthwing que cargaba a Aiko y no podía volverse.

 

—Oracle, envía a Reese ¡ahora!, o será demasiado tarde!! —gritó Nigthwing

 

—Ya va en camino, ¡salgan de ahí!

 

Se oían sirenas y gritos por todos lados, Canary y Nigthwing se escabulleron por el techo, gracias a un campo protector de Canary lograron salir ilesos, las balas caían como lluvia, todo era un caos en la bodega, los Dragones rojos estaban emboscados por la policía todo era una batalla campal sin cuartel, Nigthwing y Canary sabían que no podían quedarse a apoyar, debían poner a resguardo a Aiko, además Nigthwing llevaba una herida de bala en el brazo, era apenas un rozón pero estaba sangrando mucho.

 

Esa noche fue un triunfo para la policía, gracias a la evidencia recopilada por Nigtwing y enviada por Bárbara al PDA de Reese, lograron identificar a varios miembros y decomisar un gran cargamento de armas y drogas, los Dragones Rojos no reinarían en New Gotham, al menos no por el momento, Dinah tenía el presentimiento que regresarían a buscar venganza.

 

Fue así como Aiko pasó a formar parte de Birds of Prey, después de rescatarla y curarla de sus heridas, cuando volvió a la conciencia y luego de la sorpresa inicial por encontrarse en la torre nos contó lo que le había pasado. Su padre era un Samurai de la antigua escuela de los Dragones de plata, la mafia de los Dragones Rojos había capturado a la familia completa y había obligado a su padre a cometer los asesinatos que habían llamado la atención de Bárbara, fue cuando quisieron que nos matara a Nigthwing y a mí que su padre Sato, se negó y fue asesinado frente a sus ojos, a ella, que era su mejor alumna y heredera del legado de los Dragones de plata, querían obligarla a hacer lo mismo, con la amenaza sobre su familia, pero su padre antes de morir, le hizo una señal, era mentira, su madre y hermano habían sido asesinados el mismo día que su padre, solo la habían dejado a ella viva con la intención de obligar a su padre a asesinarnos, pero Sato confiaba en su hija y que esta lograría salvarse.

 

Era una tragedia, parecía que la vida de los superhéroes de New Gotham estaba destinada a la desdicha, Bruce se convirtió en Batman por el asesinato de sus padres, Dick en Nigtwing por el asesinato de su familia, Helena, en Huntress por el asesinato de su madre y Bárbara que inició como Batgirl, quedo huérfana a los 13 años cuando su padre un alcohólico, estrellará el auto en el que viajaban su madre y el, muriendo al impacto. Ahora era Oracle otra tragedia mas al ser dejada paralítica por el Joker y yo, mi madre asesinada por Hawke, todos éramos compañeros del mismo dolor y ese mismo dolor nos había hecho salir a defender a los más débiles, habíamos convertido nuestra tragedia en un estandarte para luchar por la justicia, no podríamos regresar a nuestros seres queridos a la vida, pero intentaríamos por todos los medios evitar que esa misma tragedia ensombreciera a otros.

 

Aiko ya no tenía familia, ni lugar a donde ir, de alguna manera su cabeza tenía precio, Bárbara le ofreció unirse a nosotras, le dio techo y educación, gracias al dinero de Bruce eso no era problema, Bruce Wayne había creado un fideicomiso para las necesidades de Bárbara y por ende de Birds of prey, así era como pagaban mi manutención y educación y así sería como pagarían la de Aiko. Ella tenía el entrenamiento de un samurai, no necesitaba que le enseñáramos como defenderse, pero si le enseñamos a trabajar en equipo y a volar con cables. Aiko, era tranquila y muy dulce, en su mirada siempre estaba la tristeza por haber perdido a su familia, pero en el típico sentido del honor de los japoneses, estaba decidida a honrar su memoria siendo fuerte y siendo feliz, y siempre nos decía que era feliz con nosotros.

 

Y el tiempo seguía su inexorable marcha, Gaby y yo éramos pareja desde que ella me confesara en el baile de graduación del high school que me amaba, yo estaba delirante de felicidad pues también sentía lo mismo, pero no me atrevía a decírselo, no sabía como decirle que no solo era Dinah Lance, sino también Black Canary, sabía que confiar en una persona externa era peligroso, no solo podían traicionar esa confianza, sino que ponías en peligro su propia vida, sin embargo, yo sabia que Gaby era el amor de mi vida, no me pregunten como lo sabía, pero en mi corazón sentía ese reconocimiento de almas, dentro de mi sabía que ella era y sería la única en mi vida. Si, se que soy muy joven, pero el amor es así y la vida de súper héroes esta llena de peligros, no quería desperdiciar mi vida con ese temor, por algo dicen que mas vale morir de pie que vivir de rodillas, sabía lo que pasaba cuando negabas tu amor, Helena y Bárbara eran claro ejemplo de eso y me dolía que ellas estuvieran sufriendo y yo no quería que Gabby y yo sufriéramos lo mismo.

 

Gabby sorprendentemente para mí lo tomo muy bien, me dijo que de alguna manera ella sabía que yo era especial y sabía que ser quien era me hacía mas especial en sus ojos, me amaba y prefería amarme así que no tenerme.

 

Paso un año sin que me diera cuenta, entre la universidad, mi vida de vigilante y Gabby no tenía mucho tiempo para reparar en su paso. Sin embargo, si podía notar la tristeza en los ojos de Bárbara, conforme los meses se iban acumulando la esperanza de volver a ver a Helena se hacía cada vez más remota, y eso la estaba matando lentamente, no tenía que decírselo  a Aiko o a Dick, todos lo veíamos, si bien estaba completamente saludable, creo que más que nunca, la chispa de sus ojos estaba muerta, Bárbara no estaba viviendo, en realidad solo sobrevivía era como si solo fuera un recipiente de su cuerpo, porque en realidad Bárbara no estaba ya con nosotras. Aiko estaba preocupada, ella no había conocido a la Bárbara que yo conocí, era demasiado obvio para no darse cuenta.

 

—Dinah, —me preguntó un día Aiko, estábamos solas en casa, era entre semana, Gabby tenía clases y yo estaba aprovechando a descansar un poco, Bárbara estaba en Wayne Laboratorys y no regresaría hasta las 9 si acaso lo hacia. — ¿Quien es la chica de la foto?

 

Bárbara había colocado la foto que había pertenecido a Helena en la mesa de la sala, enfrente del televisor desde el día que se fuera, Aiko jamás hacía preguntas, pero me sorprendió a mi mirando la foto con tristeza y me confeso que había visto a Bárbara haciendo lo mismo, creía que Helena estaba muerta.

 

—Helena Kyle, Huntress, la otra miembro del equipo —dije con la voz teñida de tristeza, a pesar de que habían pasado casi dos años desde su partida aún me dolía como si hubiera sido ayer.

 

— ¿Que le paso? —pregunto Aiko, curiosa, pero con respeto.

 

—Es complicado—como le explicaba las razones—ella y Bárbara tuvieron diferencias, Helena se fue y desde entonces nada ha sido igual.

 

—Mmm, pero ¿hay algo más no es así? —me miro—he notado que Bárbara a veces sale de la habitación que esta junto a la suya, la que esta frente a la tuya—la habitación de Aiko estaba abajo— ¿era su habitación?

 

—Sí, Helena y Bárbara tienen mucha historia juntas—empecé a decir y le conté sin revelar el secreto de Hel, la historia de Helena, sabía que podía confiar en Aiko, le conté quien era su padre y quien su madre, como esta había sido asesinada por Clayface, que Batman, se fue luego de enterarse de esto y que Helena era su hija, las razones de su partida no las tenía claras, pero si sabía que se había ido sin despedirse de nadie. Le conté la historia de Bárbara y Helena, de cómo las dos rotas por sus propias tragedias se habían apoyado la una en la otra para salir adelante, como Bárbara primero fue la guardián de Helena, luego su mentora para convertirse en Huntress y eran las mejores amigas,

 

Le conté sin entrar en detalles de cómo las cosas cambiaron cuando Wade entro en la foto y como poco a poco las cosas se fueron deteriorando entre esas dos hasta romperse todo.

 

—Helena esta enamorada de Bárbara —dijo Aiko luego de un largo silencio—por eso se fue ¿no es así?

 

No supe que decirle, pero no tenia que decirlo, mi silencio era respuesta suficiente.

 

—Y Bárbara ama a Helena—dijo con finalidad, armando el rompecabezas, en serio que Aiko era perceptiva, no había sido testigo de la interacción de esas dos, pero aún así ¡había logrado armarlo!

 

La miré a los ojos y le dije—Eso lo sabes tu, lo sé yo, pero ellas no. Y así seguirá a menos que ella regresé Aiko. —Con eso le estaba pidiendo su comprensión y su silencio.

 

—No te preocupes, no diré nada, después de todo, se supone que no se nada. No conocí a Helena y Bárbara nunca me confiará nada.

 

—Es complicado, antes de que se fuera Helena Bárbara era diferente, siempre ha sido reservada y compleja, pero Hel siempre la hacía sonreír, sacaba lo mejor de ella  y lo peor también—no pude evitar reírme—siempre estaban peleando, pero se complementaban totalmente.

 

—Ying- Yang—dijo Aiko

 

—Exacto.

 

—Lo siento tanto por Bárbara, en el tiempo que llevo de conocerla he llegado a quererla como la hermana que nunca tuve y me duele verla tan triste siempre, no lo demuestra pero...

 

—Lo sé Aiko, lo sé.

 

Las dos guardamos silencio cuando escuchamos que el elevador se abría, Bárbara había regresado más temprano, volteamos a verla y casi nos desmayamos de la impresión cuando la vimos entrar caminando.

 

— ¡Bárbara! —Grite al verla, —estas usando el cinturón,

 

—Tranquila Dinah, es cierto lo estoy usando pero ya no me causa dolor—sonrió tranquilizadora, sus ojos brillaban traviesos.

 

— ¿Pero como? —exclamé sin comprender.

 

—La investigación Dinah, ¿recuerdas? En la que estoy trabajando de nano tecnología regenerativa,

 

—Si, ¿pero? —estaba totalmente apabullada por verla caminando ¡Bárbara caminado!

 

Bárbara sonrió y nos indico que nos sentáramos.

 

Nos explico con lujo de detalles lo que habían estado trabajando en el laboratorio, gracias a la nano tecnología, se habían enfocado en recrear DNA regenerativo de cada parte del cuerpo humano, intentando crear una manera de ayudar a los órganos a regenerarse a si mismos, si bien no habían logrado un gran avance, Bárbara había usado esa misma tecnología para regenerar la conectividad entre nervios dañados, en este caso los de sus espina, nadie sabía que ella estaba trabajando en eso específicamente, había estado utilizando el laboratorio para crear nanos que pudieran conectarse entre sí y crearan ese puente entre sus nervios dañados y sanos.

 

El cinturón era una precaución, dado que apenas estaba en pruebas preliminares, pero había logrado que el uso de impulsos eléctricos del cinturón fuera mínimo, solo para proporcionarle la energía necesaria a los nanos para funcionar, sin por ello arriesgar su propio cuerpo.

 

—No puedo caminar por periodos extendidos de tiempo aún, pero si por periodos cortos, nadie sabe que ya puedo caminar un poco de tanto en tanto, pero lo importante es que puedo hacerlo y lo mejor es que he recuperado gracias a los nanos la sensibilidad de la cintura para abajo.

 

Aiko y yo la abrazamos felices, sabíamos que el que Bárbara recuperara sensibilidad en sus extremidades era en realidad el mayor triunfo, más que caminar, yo sabía que Bárbara estaba conciente de que sus días como Batgirl habían terminado, pero el recuperar la sensibilidad y la posibilidad de caminar por periodos cortos o al menos lo suficiente como para defenderse a si misma o ayudar en caso de ser necesario era mas de que lo había soñado.

 

—Nadie sabe lo que he estado investigando, y nadie sabe que puedo caminar —nos miró serias a las dos, era obvio lo que nos pedía—no quiero que nadie lo sepa, ni siquiera Alfred o Dick, al menos no aún, todavía no logró hacer permanente que pueda volver a caminar y dudo que pueda ser viable que logremos reproducir a escala general este descubrimiento, es muy costoso y sería imposible, al menos por ahora hacer que este avance tecnológico llegue al público en general. Sería injusto para otros darles esperanzas, además cada caso es distinto.

 

Aiko y yo prometimos guardar el secreto y sobre todo comprendíamos la repercusión que el que Bárbara pudiera caminar podría ocasionar, evidentemente Bárbara había estado probando en su cuerpo los nanos, y eso era a todas luces ilegal y podía dañar la credibilidad de Wayne Enterprises y no era el caso. Después de todo, Bárbara tenía muchos enemigos aún y si llegara a saberse que podía caminar, generaría preguntas que no se podían contestar sin poner en peligro no solo su identidad, sino la de todos y sobre todo dañar a Wayne Enterprises, que después de todo era el principal motor de New Gotham.

 

Barbara se veía más feliz de lo que la había visto en años, me alegraba por ella, sabía que su lucha por volver a caminar y sentir la hacían sentirse mas completa, como ser humano y mujer, una de las cosas que más le dolía a Bárbara era eso, después de ser la temeraria y valiente Batgirl, el no poder caminar ni sentir habían sido su más honda pena, hasta que claro perdió a Helena y sabía que su lucha por caminar y sentir era en realidad impulsada por el vació que la ausencia de Helena le ocasionaba.

 

Por fin algo de luz brillaba en la torre, y estaba feliz por Bárbara, no la había visto sonreír así en tanto tiempo. Tan es así que me dio coraje para aceptar irme con Gabby a una convención en San Francisco.

 

Bárbara me alentó a hacerlo, ya tenía a Aiko para hacer rondas y podría prescindir de mí por una semana. Si bien Gabby estaría ocupada por las mañanas en las diferentes conferencias, yo lo pasaría paseando por la ciudad mientras esperaba a que regresara.

 

La ciudad me encanto, tenía un aire de vida tan diferente a New Gotham, que era tan oscura y deprimente a veces, ese era su encanto cierto, pero a veces era refrescante conocer nuevos lugares.

 

Caminaba por las calles, cuando vi una pintura que me llamó la atención mientras pasaba por la galería, tenía un aire que me recordaba a New Gotham, no supe porqué pero entre, había leído en el periódico la noche anterior que era todo un furor el artista, sobre todo por su deseo de permanecer en el anonimato, su trabajo se vendía como pan caliente y esta siendo muy cotizado.

 

Debo decir que cuando empecé a recorrer la galería me quede impactada, varias de las escenas definitivamente tenían un aire de New Gotham,  no sabía porque pero sentía una extraña conexión con las pinturas.

 

Eran exquisitas y vibrantes, desbordaban pasión, pero al mismo tiempo un aire melancólico y triste, como de añoranza. No todas eran en ese estilo, pero las que me recordaban a la ciudad definitivamente tenían ese aire. Al dar vuelta me encontré de frente con una pintura que me dejo petrificada. Conocía ese rostro perfectamente, conocía esa torre y más que nada, reconocía el horizonte.

 

Empecé a temblar, todo mi cuerpo se estremeció, mis palmas estaban sudando, me acerque lentamente, como si temiera ver lo que estaba frente a mi, cerré los ojos, y los volví a abrir, nop, no estaba alucinando, la pintura seguía frente a mí y los mismos ojos me miraban insoldables.

 

La pintura decía Sin título y no a la venta. Admiré con detenimiento cada detalle de la pintura, confirmando lo que mis ojos y mi mente sabían, de repente baje la vista y vi, en una esquina lo que mi corazón deseaba encontrar, ahí a un ladito apenas visible dos iniciales. HK

 

Esos ojos que me miraban desde la pintura, que parecían vivos, llenos de promesas y determinación, que había visto cientos de veces desde hacia cuatro años y que no había visto brillar así desde hacia dos años, eran los de ella. Hermosa, majestuosa, impresionante...

 

Continuará Parte 3




V's Scrolls
Index Page